Viernes a la noche, reunión de amigos
después de cenar, solo hombres. Empezamos con café, luego algo de alcohol. Uno
de nosotros recuerda que alguna vez hablamos de fantasías, sexuales por
supuesto, allá lejos en el tiempo. Retomamos, ahora son más elaboradas,
enriquecidas por la experiencia. Hablan los otros. Luego me toca a mí. La mía
es tal vez más simple. Me gusta Gisela. La conozco porque trabaja con un
operador financiero. Suelo ir a hacer algunas operaciones, compra o venta de
moneda extranjera. Ella es jerárquica, toma decisiones, controla, sabe muy bien
lo que hace, cuenta billetes a toda velocidad, detecta los falsos o dañados,
resuelve múltiples situaciones, una pantera de las finanzas operativas. Tiempo
atrás nos presentó un allegado a mí que estuvo muy generoso, le dijo a ella:
"Te traigo un cliente nuevo, es como si me vendieras o compraras a mí, son
gente de mi confianza, amigos míos, hacéle el mejor precio que
puedas." Con semejante presentación
de un pez gordo de las finanzas, Gisela siempre me dio un trato preferencial:
pagarme unos puntos más, venderme un poco más barato, avisarme cuando había
oportunidades, hacerme pasar a las mesas reservadas. Muy segura, seductora,
solía saludar con un beso, un beso de verdad, no un pálido beso de compromiso, de
los que se dan casi sin contacto. No, daba un beso con ruido, casi te diría con
succión, cálido, húmedo. Más una miradita cómplice, esa mirada (por lo menos a
mí me parecía) decía, "hasta acá, no más que esto". Aunque para
otros, dueños o clientes muy grandes, había algo más que un beso, también
imaginaba yo. Creo que nunca le miré más
que la cara, tan bella, y el pelo, salvaje. No sé cómo está de cuerpo, ni si es
alta o mediana.... -¿Y la fantasía?. -
Bueno, acá va: me invitan a una orgía, como ven es una flor de fantasía
...(risas, "y sí, quién te va a invitar a una orgía...."). Llego, hay
una especie de vestíbulo para hombres, me reciben dos mujeres, semidesnudas, me
invitan a sacarme la ropa, me ayudan, me acarician, me provocan, me hablan, y
me explican las reglas de esa noche. Paso a la sala siguiente, con una buena
erección ("también fantasía !!!", risas). Hay un vestíbulo similar para damas, donde
dos caballeros muy altos y musculosos, sin ropa, reciben a ellas. Al salir de
cada vestíbulo, un hombre y una mujer se encuentran, para no llegar solos a
donde hay acción. Y la que sale desnuda, con una tremenda sonrisa, muy
relajada, muy segura, es.... Gisela. Me saluda con un beso, esta vez el beso me
dice algo más, me mira hacia abajo y me dice "venimos muy bien eh!" ("....
uuuhhh !!! más que fantasía !!! ", me interrumpe el monito, uno de
los nuestros). Su cuerpo es increíble, solo tiene zapatos con taco, la veo alta
y me quedo paralizado. Muy desenvuelta, como siempre, me dice, "Dále,
invitáme a tomar algo, o te vas a quedar quieto ahí..." -“Dále loco, al final qué pasa?", me
dice uno de nuestra mesa. -Eso es todo,
la mujer que me gusta, la encuentro en una orgía, desnuda, me pide que la lleve
a tomar algo, y de yapa elogia mi virilidad, no se puede pedir más. -"Veo que seguís en la etapa de porno
pueril", me dice otro del grupo. - "Y sí", digo, con un ruido de
expiración nasal que es como una risa nerviosa,
bajando la cabeza, pero esta vez no se ve mi flequillo rubio que luzco
orgulloso en las fotos de mis meses infantiles en Italia, si no que queda el
descubierto mi incipiente calvicie...
miércoles, 29 de junio de 2016
domingo, 26 de junio de 2016
FALSEOLOGÍA
Siglo 24 o 25, no se sabe bien, la humanidad atraviesa
tiempos muy difíciles, superpoblación, escasez de alimentos, cambios
climáticos, invasión de todo tipo de dispositivos y aparatos digitales y
electrónicos, exceso de datos, anarquía y caos de información. Se sabe que hubo
un gran colapso (¿guerra, pestes?) hacia fines del 2200 y principios de 2300,
se ha perdido gran parte de la cultura y la civilización anterior. Entre las
personas de esta nueva era, hay un grupo a los que se denomina despectivamente
Papeleros. Son personas que se interesan por los libros, las bibliotecas, los
escritos, los impresos de siglos anteriores. En esta era digital se ha perdido
el interés por esos soportes. Paul Basso es uno de los papeleros. Le han pasado
noticias de que en alguna ciudad de Sudamérica, tal vez Rosario o Montevideo,
se han encontrado nuevos libros en una casa. Decide viajar, le cuesta ubicarse,
pero el encuentro casual con una chica en una estación, lo ayuda. Ella es Ema Correa,
una joven bellísima, exquisita, finísima, muy inteligente, gran lectora,
escritora, que sigue intentando vivir como editora. El interés por los libros,
algo inusual entre las personas de la era post colapso, les da tema de
conversación. Ema sabe cómo llegar a esa
casa. Paul tiene algo de dinero para pagarles a los dueños del inmueble, y que
le permitan pasar unas horas en la habitación donde están los libros. Correa
acepta acompañar y entrar. No es mucho lo que se conserva en condiciones
mínimas para ser leído y apreciado; han pasado siglos y el papel está muy
deteriorado. Encuentran un texto de Sigmund Freud, sobre la psicosis del Sr.
Schreber, Presidente de un Tribunal de Justicia.
Ema apunta: Schreber se queja de que lo acosan “pájaros
hablantes”. Estos se formaron de restos de almas de seres humanos
bienaventurados, pero que fueron cargados de veneno cadavérico y azuzados
contra él. Los han habilitado para
proferir frases aprendidas de memoria y carentes de sentido, que les han inculcado.
Esos pájaros de Schreber no comprenden
el significado de las palabras que pronuncian, pero tienen una natural
receptividad para su homofonía, que no necesita ser total. De ahí que poco les
importe que se diga:
“Santiago”
o “Karthago”
“Chinesentum”
o “Jesus Christum”
……
Freud
interpreta que se refiere a personas a las que algunos atribuyen “cerebro de
pájaro”, que no saben decir más que frases aprendidas de memoria y delatan su
incultura confundiendo entre sí palabras que suenan parecido.
Paul repara en Rebelión en la granja, de George Orwell. Le
llama la atención la descripción de las ovejas. Estas y las aves, analfabetas y
acríticas, personifican a la masa que sigue al líder. Para ellos y los animales
menos inteligentes se ingeniaron consignas sencillas, como "Cuatro patas sí, dos pies no", que
solían repetir todo el día. Nos son capaces de retener oraciones largas, sino
que a medida que las van repitiendo, solo quedan las primeras palabras.
Por último Correa y Basso se disputan un impreso, parece ser
un borrador de unas notas para un eventual libro, “Ética a Mirko”. Son dos hojas, muy manchadas, pero algunas
frases pueden leerse.
Hay un epígrafe:
Groussac o Borges
Santiago o Cartago
Ricardo Rodríguez Araya o Emir Alvarez Gardiol
Ray Bradbury o Isaac Asimov
Quaranta o Tardewski
Y luego, una especie de recordatorio para sí mismo:
“Darle forma a estos borradores, la semana que viene
inventar algo más para la charla de ética, sociedad, filosofía.”
FILOSOFIA
1) «Entia non sunt multiplicanda praeter necessitatem», es
decir: «no deben multiplicarse las entidades innecesariamente.»
Alternativa: “Creá tantos entes, entidades, seres y
fantasmas como te plazca o necesites.”
2) "Adaequatio rei et intellectus", o bien
"Adaequatio intellectus ad rem": teoría según la cual la verdad
consiste en la correspondencia entre la cosa conocida y el concepto producido
por el intelecto.
Una forma popular y politizada es la de un general: “La
única verdad es la realidad.”
Alternativa: “La verdad no tiene por qué ser lo que pasa en
‘la realidad’ (además ¿qué es la realidad?).
La verdad puede ser lo que a vos te guste o te convenga, si es
necesario, inventála.”
ETICA:
Sócrates: “Solo sé que no sé nada.”
Alternativa: “Si no sabés, chapeá, que parezca que sabés.”
Aristóteles: «actuar en sometimiento a la razón»; «cualidad
de obrar de la mejor manera en relación con el placer y el dolor»; y «la
disposición o hábito de elegir el justo medio,
relativo a nosotros en acciones y emociones, determinado por la razón y
tal como lo determinaría un hombre prudente.»
Alternativa: “Me cago en la razón, busco el placer, evito el
dolor, nada de justo medio, busco el extremo del placer y hasta de la falopa,
si se me canta.”
Kant: “Obra según una máxima tal que se pueda convertir en
ley universal.”
José Ingenieros: “No hay ser más despreciable que aquel
predicador de moral que no ajusta su
conducta a sus palabras.”
Alternativa: “Haz lo que yo diga, pero no lo que yo haga”.
“Actuá según lo que te convenga o lo que se te cante, no pienses en leyes
universales, las totalidades son imposibles.”
Heidegger: “Ante todo la existencia de una persona debe ser
auténtica. No depender de los elogios de terceros, no inventar méritos para ser
admirado. No estar pendiente de las novedades, noticias, publicidades y
propagandas. El mejor hábito para la mañana bien temprano es leer las páginas
maestras de los grandes clásicos.
Preocuparse por lo que uno es, y nunca por lo que parece. Ser
independiente de los objetos materiales.”
Alternativa: “Auténtica e inauténtica, ambas. Dependo de los elogios, y estoy todo el día
en las redes sociales buscando que me den “Me gusta”. Invento para que me amen.
Estoy atento a las propagandas, a las noticias, busco objetos que me den
gratificaciones. Vivimos y gozamos en un mundo objetal, viste?.”
Cicerón: “Sé absolutamente austero en tus gastos, y en
particular cuando te asignen fondos públicos para alguna misión.”
Alternativa: “La guita está para gastarla y
disfrutarla. Y más si son fondos
públicos, de empresas o fundaciones. Tratá de que te bequen, que te inviten de
Europa y te paguen los pasajes para ir a hablar de boludeces a Holanda.
Verseála bien y después recorré alguna ciudad que valga la pena, como Venecia,
andá a la bienal con plata del pueblo.”
Adagio del Derecho Romano:
“Dura lex, sed lex.”
Alternativa. “Que la
ley sea dura para los otros, nosotros mejor que estemos fuera de la ley o que
nos alcancen las formas más benignas.”
Utilitarismo: “Todo acto humano, norma o institución, deben
ser juzgados según la utilidad que tienen, esto es, según el placer o el
sufrimiento que producen en las personas. El objetivo último es lograr la mayor
felicidad para el mayor número de personas.”
….
Un nuevo apunte hacia el final de este borrador:
Completar, precisar todo lo anterior ….
QUARANTA, extracto de una entrevista sobre la lectura.
Cito
la novela Respiración artificial: “Nadie sabe leer, nadie lee. Porque para
leer, dijo Tardewski, hay que saber asociar”. La lectura es un espacio de
relaciones en las que el lector termina por construir el texto, el texto no es
un lugar cerrado y definitivo sino que es el lector el que con su impronta lo
abre hacia otras dimensiones y sentidos. En consecuencia, un buen lector es el
que cuenta con la capacidad de elaborar la mayor cantidad de referencias
posibles, y ese ejercicio se da, sobre todo, por el número y la calidad (que se
genera con el número, es como un círculo) de lecturas. Aunque como todos saben,
el hábito no hace al monje.
jueves, 23 de junio de 2016
Voy a
la peluquería. Hay dos o tres personas antes que yo. Me toca esperar cerca de
una hora. Hoy hay gente porque cobran a mitad de precio, hay una malaria… Hay diarios viejos. Con esto de Macri ya no
hay ni para revistas… Encuentro un diario de julio de 2015. En la tapa leo,
María Kodama intimó a un escritor rosarino. La comento con el peluquero y se
suman algunos clientes. Sí, yo me acuerdo, dice uno. Le mandó una carta
documento esa vieja. A quién?, pregunta el peluquero. A un escritor, dice el cliente.
Uno
dice Quaranta. . ¿quién? dice el peluquero, ¿Quaranta, cómo el médico?. Agrego
yo: “Manuel Quaranta, escritor rosarino, alguno leyó algo de él?”. No. No. No,
dicen tres o cuatro. La vieja esa le mandó un telegrama?. Pero qué pedazo de
hija de p…. Por qué no lo deja escribir
tranquilo. Pregunto: ¿existió la carta?.
Un cliente, taxista, se suma. Sí, claro que existió pibe, ja, mirá lo que dice
este, yo me acuerdo, lo “dijieron” en la
radio. Lo demandaron. Era invierno, me acuerdo que llevaba a una pasajera que
había comprado frazadas. En la radio estaban hablando de la carta, después lo
leí en el diario, claro que existió, qué le pasa a este, se pone en exquisito?,
- sentencia el conductor. Está bien, concedo. Pienso en silencio lo que se aprende
en la facultad: los hechos, las teorías, los discursos, los hechos de
discursos, la construcción de la realidad, mejor me callo. Acá rige otro
discurso, la realidad es una cosa muy sencilla, la ves en la calle, la hablás
con los clientes, y te la cuentan la radio, la televisión y el diario…. Pero
hay otras formas, más sutiles, más elaboradas, algunos consideran toda la
realidad como un gran simulacro, y las intervenciones artísticas vienen a dar
un toque distinto a esa realidad cotidiana.
Rosario, 29 de
junio de 2016.
Día de mi
cumpleaños por la mañana, suena el timbre, una voz dice:
–“Cartero”.
Bajé. Imaginé que
llegaba un desayuno de regalo….
Pero no, me encuentro con una Carta Documento. Lo
sabía, la estaba esperando, era solo cuestión de días, o semanas.
Son tres los
intimidantes, la abogada y sus representados, Piglia y Quaranta. El escritor no
quiere que use más el nombre de Tardewski, es entendible, pero me llamo así, no
puedo hacer nada. Le enviaré una carta con la fotocopia de mi documento.
Con respecto al
creativo, pretenden que deje (en parte, no totalmente) de usar el estilo de
él. Considero que es un error, tengo
estilo propio, no se lo copié a nadie, es producto de mi vida, mi educación,
mis lecturas y mi experiencia. También de mis lectores, que de a poco se van
sumando, y van haciendo comentarios en mi blog, festejando ocurrencias,
celebrando infantilismos. Lejos estoy de tener una comunidad como MQ, aunque en
algunos puntos esa comunidad es endogámica.
Los que lo comentan son los mismos que reciben sus elogios. Lil, Euge, Clari, Vísperas y tantos más
reciben los comentarios positivos del creativo, y a su vez son los que lo alaban. Entre todos
ellos hay jurados, jueces, glosadores, aplaudidores, seleccionadores, residentes,
todo queda dentro de esa gran familia…
Creo que ÉL va a ser un escritor de verdad, cuando deje de escribir
deliberadamente sobre sí mismo y para el aplauso de su entorno endogámico.
Cuando deje de hacer la fácil, como por ejemplo tomar un cuento de Borges, El
Sur (obra maestra si las hay), y cambiarle solo circunstancias, eso lo hace
cualquiera. Cuando deje los jueguitos
narcisistas, cuando afloje un poco con las redes sociales (está colgado todo el
día). Estamos asistiendo al surgimiento de un escritor de verdad, pero le queda
dar ese paso. Cuando dé ese paso entonces sí escribirá acerca de si mismo, sin
nombrarse, sin referir que se tomó un colectivo o escuchó tal conversación.
Escribirá desde el alma, desde el desgarramiento del ser, sobre los temas
decisivos, el amor, la soledad, la muerte, la infancia perdida, las ilusiones,
los deseos ocultos, las pasiones, los encuentros y desencuentros.
Me está gustando la
literatura de Quaranta, estoy abriendo mi mente y mi sentir al arte moderno,
las intervenciones y las instalaciones, los entrecruzamientos, las
intertextualidades (yo no soy más que una de estas).
Mirá a continuación
la imagen de la carta:
Luego de ello, como
no podía ser de otra manera, me llamaron de los medios, de las radios, la
replicaron mil veces, hasta que Enriqueta Larguirucha publicó en La Crapital :
INTIMAN A UN
ESCRITOR ROSARINO A QUE DEJE DE UTILIZAR UN NOMBRE DE FICCION, Y UNA IMAGEN Y UN ESTILO DE UN LIDER DE LAS
REDES SOCIALES.
El receptor. Tardewski, bajó a buscar el desayuno y le
entregaron la carta documento.
Los remitentes. El escritor Piglia, y el posteador creativo,
Borges Quaranta.
El documento. Imagen de
la carta que se puede ver por separado.
Les cuento que no tenía ganas que me tomen de nuevo
de boluda, con lo cual decidí hacer esta nota en joda. Todas las notas de este diario son en joda, nadie
verifica nada, los jefes de redacción están jodiendo (tomálo en todos los
sentidos), y no existe el hábito de consultar a un médico, abogado o contador,
según lo que trate la nota. Investigar es un verbo desconocido, profundizar no
es un hábito. Sinceramente no sé qué hacer con algunos datos, cómo verificar el
Dni, o el domicilio del remitente. Cómo buscar en la web sobre la abogada,
tampoco tengo idea de cuáles son los usos y costumbres en las cartas documento
con intimaciones jurídicas. Ni hablar de
que vaya a hacer un llamado por teléfono para confrontar algún dato. Todo eso
que quede para algún lector neurótico, uno de cada diez mil se le puede ocurrir
algo de eso. Las fechas son para los cuadernos de hace cincuenta años, ahora las fechas las pone “el sistema” o los
sellos. Que haya o no haya sellos en la carta me importa poco, y las únicas
obleas que conozco son las de Terrabusi, perdón que ponga marcas, pero los
multinacionales se meten en todo…. Bueno, mañana me estoy yendo de viaje, así
que corto acá, y cualquier cosa que la resuelvan mis editores. Saludos.
Enriqueta Larguirucha
martes, 21 de junio de 2016
Tercera y última entrega de esos ejercicios adolescentes, de esta
etapa anal…..
DON ANTONIO
Antonio
se había ido a vivir solo a un departamento de un dormitorio. El edificio estaba
cerca de su trabajo y de algunas facultades. Eran varias unidades por piso y
había muchos estudiantes. De a poco fue conociendo chicos y chicas. Luego se fue
ganando fama de profesor particular ad honorem. Es que este hombre sabía y leía
mucho, era administrador de una cooperativa y coordinaba las actividades culturales.
Volvía por la tarde a su casa y aprovechaba para leer y estudiar. Con el paso
del tiempo le dedicaba dos o tres horas diarias a ayudar a los chicos con los exámenes.
Era un hombre maduro, las chicas lo apreciaban, y cariñosamente le decían el
viejo o el maestro. Algunos acudían a él para recibir consejos. Las chicas querían
encontrarle una novia. Además tenía un buen botiquín y los vecinos le pedían
pastillas o pomadas para no ir a la guardia del hospital. El siempre aclaraba
que era solo para salir del paso, que a la brevedad tenían que consultar a un médico.
Una de las vecinas, que siempre había tenido muchos novios, una tarde le dijo: “Tengo
un problemita, quiero que me ayudes vos, sí ?”.
- Vení cuando
quieras, dijo el viejo.
- Ok, pero
no tiene que haber nadie.
La
chica fue al departamento del profe.
- Me parece
que tengo hemorroides, te muestro. Puedo pasar a tu pieza?.
- Pasá,
no está muy ordenado, pará que pongo una sábana limpia.
Abrió
el ropero. Ella alcanzó a ver una foto de una mujer desnuda del lado de adentro
de la puerta.
- Acostáte
acá.
Ella se
levantó la minifalda, no tenía bombacha. Separó las nalgas. El solo miró, no la
tocó.
- Son unas
hemorroides bravas. Vestíte nomás. Ponéte esta pomada, bañáte y cambiá de ropa
interior dos veces por día. Comé con poco y nada de condimentos. Ah! y no hagas
nada por ahí.
- Nada de
qué?
- Actividad
sexual. Cuidáte mucho, y es importante que la persona con que tengas intimidad
sea muy higiénica.
- Para mí
va a ser difícil no entregar la cola.
- Primero
tu salud, niña.
- La verdad
es que sos todo un caballero. El otro día en la guardia tres pendejos recién
recibidos me separaron los cachetes y me metieron uno o dos dedos en el culo,
en cambio vos ni me tocaste….
- Primero
el respeto.
- Ahora
no son tan respetuosos. Te vuelvo a ver estos días.
La
joven le dio un tierno y cálido beso al viejo. Se sentía muy cómoda con él, y volvió
cada dos o tres días a que el viejo la controlara.
A los
diez días se lo cruzó en el ascensor.
- Hoy tengo
que ir a verte.
- Si podés,
vení ahora, a lo mejor salgo más tarde.
- Epa, alguna
novia?
- Ojalá
….
- En un
rato voy.
Ellá
pasó por su propio departamento, buscó un top y una mini muy provocativas, se
puso zapatos de taco alto y se fue hasta lo del viejo.
- Acá estoy,
vengo a mostrarte mi colita.
- Pase señorita.
- Me dijiste
que después salías, pero hoy te voy a pedir un rato más para mí.
- Lo que
necesites.
Ella
pasó a la pieza y se sacó la ropa, se dejó los zapatos puestos. Se acostó boca
abajo y abrió bien las piernas, levantando la cola.
- Miráme
bien, quiero que me des el alta.
- No hace
falta que te desnudes toda. Para mí estás bien, podés vestirte, y cuando tengas
tiempo, andá a consultar un buen médico.
- Mi médico
sos vos, y pienso quedarme desnuda.
- ….
- Culiáme,
ya que estoy tan bien.
El
viejo no lo podía creer. La flaca tenía un orto impresionante… Si se habrá calentado
estos días. Fue hasta la mesita de luz, y sacó un forro y un pote de vaselina.
- Epa, viene
preparadito el hombre. Tan casto que parecía.
Antonio
se sacó la ropa.
- Y qué
bien dotado!
- No te
preocupes, te voy a cuidar.
- Es lo
que venís haciendo desde que llegaste al edificio. Pero no me cuides tanto… sí?
Antonio
le acarició y le besó el culo. Se puso el preservativo y la lubricó a ella y a
su pene forrado.
- Metémela
de una, por favor.
El
viejo se la clavó de a poco, hasta que llegó bien adentro.
- Ah! Sí,
así, culiáme, rompéme el culo, metémela bien fuerte y hasta el fondo.
El
viejo se la metió de a poco, sin retroceder, hasta que se la puso toda. Se la
dejó unos instantes hasta el fondo, y presionó, luego empezó el movimiento de
ida y vuelta. La flaca se masturbaba frenéticamente el clítoris con una mano, y
se metía dos dedos de la otra bien adentro de la concha. El viejo empezó a
tomar ritmo, iba y venía con total intensidad, llegando lo más profundo
posible. Su calentura y su furia aumentaban. No
podía creer estar poseyendo semejante orto. Disfrutaba el panorama, esa
espalda estilizada cubierta de salvajes cabellos rubios, ese culo monumental
que ahora ella subía y bajaba, marcando el ritmo y la profundidad de la
penetración. El viejo se apoyó más sobre ella, le besaba el cuello y con la
boca saboreaba sus cabellos. La flaca empezó a sentir esa mezcla de dolor,
incomodidad y tremendo placer, muy típicas de una culiada con todas las letras,
suministrada por una gran poronga, y claro indicio de que se avecinaba una
buena explosión. El viejo seguía firme, duro, y tenía para un buen rato. Siguió
con rigor en aumento. La flaca sentía que se alteraba su percepción del tiempo,
el mundo le daba vueltas, todo su cuerpo experimentaba sensaciones; empezó a
tener un orgasmo completo, desde los pies, las piernas, la pelvis, la vagina,
el culo, el clítoris, el vientre, la espalda y la cabeza, que daba vueltas por
todos lados, su respiración seguía in crescendo y la explosión orgásmica fue
increíble y prolongada….
- ”Me
encantaría que me acabes adentro, sin forrito. Yo te lo saco, si?. “
El
viejo se retiró, la flaca se dio vuelta y le quitó el preservativo. Le besó, le
lamió y le olió el gran vergón, hizo el gesto de calentura y admiración con los
dientes sobre su labio inferior.
-
“Ahora sí, dámela con todo y estallá adentro mío, inundáme de leche.”
Se dio
vuelta y se puso en cuatro, bajando la cabeza, apoyando los antebrazos sobre
las sábanas, ofrendando su culito perfecto. El viejo le hizo una linda lamida
de agujerito y se la empaló de una, sin reparos. Más caliente que nunca,
embistió a la flaca varias veces hasta que sintió que se venía su explosión. Tuvo
una eyaculación volcánica, con abundante semen, bien en el fondo de la cola de
la yegua esa, la llenó de leche como ella se lo pidió. Los dos se desplomaron.
“Quedate arriba mío con la pija hasta el fondo, quiero sentir cómo se va
poniendo en reposo”. El viejo quedó detrás
de ella, su pene se fue retrayendo hasta que se salió de aquel culo increíble.
….
Entre
las mujeres del edificio eran muy comunes las rondas de mate y las charlas por
la tarde en algunos departamentos. Se contaban casi todo. Al día siguiente de
la gran culiada, la flaca contó con lujo de detalles lo que había vivido. Muy
disimuladamente, una profesora de gimnasia, de ese grupejo, abandonó la
reunión. Era una veterana con excelente cuerpo y mucha actividad sexual, se
dirigió al departamento del viejo. Tocó timbre, y le dijo: “Tengo un problema”.
- “Lo
que necesites”.
- “Tal
vez puedas ayudarme, me salió un grano en la cola…”
MT/mq.-
lunes, 20 de junio de 2016
Segunda entrega
de una serie de tres ejercicios….
ANDREA X**
La negra Andrea había tenido que volver de urgencia a Argentina porque
su padre estaba mal de salud. Había cumplido 40 años, y se mantenía como
siempre muy atractiva. Desde hacía muchos años estaba radicada en París. No
estaba ejerciendo su profesión de odontóloga, y estaba incursionando en algo
que la apasionaba: diseñar ropa para mujeres. Si bien había estado en pareja
con distintos hombres, no conseguía encontrar el hombre de su vida. Los últimos
meses estaba sola, y bastante decepcionada. Tampoco tenía hijos, situación que
la apremiaba y angustiaba. Pensaba que a lo sumo le quedaban dos años más de
fertilidad...
En Rosario retomó el contacto con sus amigas de siempre, casi todas
casadas, la mayoría madres, y algunas ya separadas. Habló de todo con ellas, y
sí, expresó su anhelo de tener una pareja estable, formar una familia, tener un
hijo...
Aprovechó como siempre para consultar sus médicos y hacerse algunos
tratamientos, dado que en Europa el costo de la medicina es muy alto en euros.
Esta temporada no se salvaba de la operación de hemorroides.
Consultó al proctólogo de la familia, que la derivó a un colega para la
cirugía. El nuevo médico era joven, alto y muy atractivo, de muy buen trato, y
con muy buenos antecedentes académicos y profesionales.
La primera consulta tuvo lugar en la Sanatorio Parque ,
y la paciente estaba con la incertidumbre de esta nueva relación. Fue muy
atractiva como siempre, y después de las palabras iniciales para romper el
hielo, y encaminar la relación, en donde se destacaba el excelente y cuidadoso
trato de él, la invitó a acostarse en la camilla. Ella fue detrás del biombo, y
se desvistió de la cintura para bajo, quedando descalza, con un par de medias
blancas. Se subió a la camilla, y se acostó boca abajo.
El flaco no podía creer el culo que tenía aquella negra !!! Le indicó que separara levemente las nalgas
con las manos, y quedó el agujerito al desnudo. Las venas inflamadas, las
trombosis, el color morado y la complicación general del cuadro hacían
inevitable la operación. Se colocó un guante, el cual lubricó debidamente, y le
comentó a la paciente que debía tactarla, lo que haría con sumo cuidado. Ella
sintió el ruido del guante de látex y el frasco que se abría con la sustancia
para lubricarla, mientras pensaba que ese pendejo empezaba a gustarle. El tipo
metió primero un dedo, y luego dos, examinando detenidamente el orto de la negra,
en profundidad, y en detalle.
Le dio unos papeles descartables para que se limpie y le dijo que se
vista.
Se sentaron nuevamente a hablar. Ella se sentía algo molesta porque
estaba pegajosa, y tenía algo de dolor por el tacto al que había sido sometida.
El doctor le dijo que se podía preparar la cirugía para la semana
siguiente, que requería solo medio de
día de preparación dentro de la internación y que debía respetar una dieta el
día anterior. Luego de internarse, se le iba a aplicar un enema en la mañana, y
la operación sería alrededor de las 14 horas. La externación, si todo iba bien,
sería dos días después.
La negra se tomó unos días para organizarse, mientras su padre seguía
internado. El sábado siguiente, falleció. El duelo de ella fue muy intenso
durante dos semanas. Sentía que había perdido al hombre que más amaba en la
vida, y reflexionaba sobre qué era lo que le pasaba con los otros hombres, que
no podía encontrar uno como deseaba. Se sabía linda, inteligente, interesante.
Así pasaron varios días, y la negra decidió radicarse en Rosario.
Sentía muchas molestias en la cola, con lo cual la operación ya no podía
postergarse más. Pidió un turno de urgencia y fue a ver a este médico joven,
que por alguna razón, se le aparecía como una esperanza, no solo en relación a
la salud, sino a algo más. Redobló sus armas de seducción, y fue más
provocativa aún. Cuando él la invitó a la camilla, Andru fue directamente
acostarse sin quitarse la minifalda negra: se la levantó con un movimiento decidido,
debajo no llevaba ropa interior. El flaco volvió a conmoverse, ese culo era
irresistible. La revisó una vez más y coordinaron la internación para tres días
después.
Llegado el día la negra fue a internarse, y consiguió una habitación
exclusiva: lo quería al flaco para ella sola. Al llegar a la pieza, la
enfermera la hizo desnudar y le dio la bata con la que se quedaría hasta ser
trasladada al quirófano. Al rato le
harían un enema. Minutos después vinieron una enfermera y un aprendiz al que la
negra también le echó el ojo. “¿Qué me está pasando con los péndex?”, se
preguntó.
Los dos procedieron, ello sintió molestias, y al rato evacuó.
Se quedó varias horas sola, pensando en su destino y en su vida. A las
dos de la tarde la trasladaron al quirófano en camilla, le retiraron la bata, y
la hicieron acostar boca abajo en la camilla de cirugía. Estaba totalmente en
bolas, con el culo para arriba, ante por lo menos seis hombres que se disponían
a operarla. Sabía que su culo era irresistible, y sentía a la vez vergüenza y
algo de orgullo, ella nunca desaprovechaba la oportunidad para mostrarse y
seducir. Hasta había recurrido a un pequeño detalle: se había depilado
íntegramente, logrando el cero total que vuelve loco a tantos hombres, cuando
miran la rayita. En esta oportunidad ese detalle quedó algo postergado...
Los anestesistas iniciaron su trabajo, hablaron con ella cordialmente
las últimas palabras, ella fue sujetada a la camilla, y fue perdiendo de a poco
la conciencia. Cuando la anestesia hizo su efecto, la cubrieron como acostumbra
a hacerse, esa banda de pajeros la vio bastante tiempo en bolas, disfrutando
ese culo increíble.
La cirugía fue exitosa. Luego de las prácticas de rigor, la paciente fue
trasladada a su habitación. Se despertó confundida y dolorida, pedía ver a su
médico, del que se sentía muy dependiente. El joven fue a verla dos veces ese
día, le comentó que todo había salido bien, que debía estar tranquila, y que al
día siguiente por la tarde hablarían de la externación.
A la mañana siguiente fue a verla, la revisó, y ella ya no tenía grandes
molestias. Todo va bien, le dijo, a la tarde te controlamos, y seguramente
mañana te vas.
Por la tarde la fue a ver, ella se puso boca abajo, quedando su cola
desnuda una vez más. “Mañana te vas”. “Buenos dijo ella, estoy muy agradecida
con tu trato, y con tu atención, me encantaría invitarte a cenar la semana que
viene, por supuesto si no tenés compromisos.” Él contestó: “acepto gustoso, no
tengo compromisos”.
Fueron a un restaurante muy distinguido. Conversaron mucho, como si se
conocieran desde hacía varios años. Ella tenía diez años más que él. Él empezaba a interesarse en esa mujer pero
iba despacio; ella en cambio ya estaba decidida a voltearse a ese pendejo.
Luego del postre, el joven, todo un caballero, la acompañó hasta la
casa. Le dijo que iba a estar unos días afuera, en un congreso, pero que la
semana siguiente ella fuera al consultorio, para darle el alta definitiva, y de
paso seguir conversando. Mañana mismo pido turno, dijo ella.
Pensó en él todo el fin de semana, sentía que se estaba enamorando. No
veía la hora de que llegara el miércoles para ir a consulta. Llegó el día. Ella fue más yegua que nunca, un vestido
floreado y veraniego, sin nada abajo, y unas sandalias. El la hizo pasar, y se
sentaron a conversar. Él con el buen trato de siempre le preguntó cómo andaba;
ella fue bien directa: ”el alta me la doy yo sola, me siento bárbara”. Se
levantó, se sacó el vestido, y se inclinó sobre la camilla, apuntando la cola
hacia el doctorcito. “Vení nene, reculiame”.
El se quedó frío, sabiendo lo que quería, pero dudando en hacerlo
allí... Se decidió, tomó el pote de vaselina, esta vez para darle, por primera
vez, otro uso!!!
MT/mq.-
En esta sección
inauguramos la publicación de algunos textos eróticos o pornográficos. Son
simples ejercicios hechos para algunos concursos realizados por la web, a los
que aún no llegué a enviar ningún trabajo. Nunca falta un amigo que los lea, en
este caso mi amigo Martín los lee, se divierte y los califica de porno pueril.
NOTA: voy a
publicar en total tres textos de este género, van de menor a mayor.
Milonga del primer
porno
Que se erectó, nos
da igual
En las teclas de
Quaranta
En la pluma de
Tardewski.
El empresario
trabajaba mucho, y su único objetivo parecía ser el lucro. Tenía carácter
difícil, estaba separado, veía de vez en cuando a sus dos hijos. El trato con
la gente, clientes, proveedores y empleados era difícil y no eran infrecuentes
los exabruptos y las malas reacciones. Le quedaban algunos amigos. Uno de
ellos, Mateo, le dijo: “Pepe, tenés un estrés tremendo, pero peor que eso es
que entraste en una cadena de pérdida de armonía. Tenés que ver a esta profesora de yoga, te
dejo la tarjeta”.
“Alguna vez iré”,
respondió irónicamente.
“Alguna vez no, yo
mañana te vengo a buscar a la salida de tu empresa, traéte ropa suelta y
deportiva, el último turno es de 8
a 9 de la noche. Si no hacemos esto, vos no salís más”,
dijo Mateo, preocupado.
“Salir de qué,
boludo!”, contestó Pepe irritado.
“Justamente, de
esta clase de reacciones, mañana paso a buscarte a las siete y media, te quiero
encontrar con el bolsito, y mejor onda. Ah!, no te vas a arrepentir”, dijo
mientras se iba, con un guiño.
Al día siguiente,
Mateo pasó unos minutos antes de la hora convenida. Pepe estaba inflamado con
muchas cuestiones de trabajo. “Cerrá todo, mañana seguís, lo más importante
ahora sos vos.”
- ”No sabés los
quilombos que tengo, hay tantas cosas para hacer”.
“Sí – contestó
Mateo . El quilombo que tenés es un espiral de negatividad, y lo más importante
que tenés para hacer es empezar una actividad que te va a dar salud, armonía y
equilibrio. Veníte conmigo al auto ahora”.
Llegaron al
gimnasio. ”Este es mi amigo Pepe”, dijo Mateo. Silvia, la profesora de
yoga, se presentó sola, saludó a ambos
con un beso muy tierno, con mucho estilo. El aroma de Silvia era exquisito, su
paz espiritual, su voz segura, su armonía, impactaron a Pepe, que ya empezaba a
cambiar su mala predisposición.
El ambiente era muy
especial, casi penumbras, cortinas de varios colores, murales con paisajes e
imágenes muy tranquilizadoras. “Acá tratamos a hacer silencio, o hablar en voz
muy baja, no hacemos casi ruido”, dijo Sil.
Pepe empezó a
percibir la paz y la tranquilidad.
En la clase le tocó
el lugar más alejado de la profe. Trató de hacer los ejercicios, de a poco como
le habían indicado. Silvi se acercó varias veces a él, lo controlaba, lo
alentaba. Al final de la clase, lo invitó a quedarse diez minutos más, para
trabajar en unos ejercicios de
respiración.
Pepe se entusiasmó
mucho, y de a poco empezó a tener pequeños cambios. No faltó a ninguna clase en
el primer mes. Trató de cultivar la armonía y la tolerancia, y salir del
espiral de negatividad como le decía su amigo Mateo. Además, Silvia era una mujer muy interesante
y enigmática. Tan cercana en algunos aspectos, su calidez, su preocupación por
sus alumnos, su estilo, su voz, su cuerpo tan atractivo, su rostro tan calmo y
singular. Pepe empezaba a enamorarse de la profe.
Un martes ella le
dijo que la próxima clase fuera a las 9. Al llegar se iban todos. Silvi lo
saludó y le dijo: “hoy te quiero dedicar una clase especial. Has tenido
asistencia perfecta durante el mes, y eso merece un reconocimiento. Vamos a
repasar algunas técnicas, y al final podés tener una sorpresa....”
Trabajaron en
distintas técnicas, posiciones, elongaciones, fue una gimnasia muy exhaustiva,
al final hicieron trabajos de respiración y relajación. Ella insistía en que
esta era un punto en que él debía seguir ejercitándose, y agregó:
“Bien, ahora vamos
a hacer una relajación anal, vení, vamos al vestuario, que nos bañamos juntos.”
Ella se dirigió al
vestuario, y él fue detrás. Ella empezó a desvestirse, mientras él estaba
perplejo. Ya toda desnudita, ella caminó unos pasos hacia las duchas, y se dio
vuelta hacia él mirándolo con una sonrisa muy sugestiva. “¿Pensás desnudarte,
o querés bañarte con la ropa puesta?. Si
no te sentís cómodo, te pido disculpas y te espero la clase que viene”.
- “No, discúlpame
vos, vamos a las duchas”. Él se desvistió, y se le recontra paró la pija. Sil
lo miraba de una manera muy especial, globalmente, y con una sonrisa muy
natural, pero no hizo referencia a su erección. Ella sacó de un bolso productos
con bello aroma, para hacer espuma, se enjabonó bien, y se los pasó a él. El
agua era abundante y tibia, se bañaron un buen rato sin tocarse, en dos duchas
contiguas, hasta que ella le dijo “cerrá esa ducha, y vení a esta”. El
obedeció. “Apoyate contra este borde, de espaldas hacia mí.” Ella empezó a masajearle la espalda, y bajó
hasta las nalgas. “Abrí la piernas, y relajáte”. Le tocó la raya del culo, y se
colocó un guante. Empezó a jugar con el agujerito, le metía un dedo, luego dos.
“Relajáte”. Entraba y salía, jugaba por dentro y por fuera. “Para nosotras el
culo es muy importante, es una fuente de sensaciones muy rica, y de placeres a
los que no hay que renunciar, ¿qué sentís?”. – “Mucho placer”, dijo él. –“Bueno, relajáte y seguí disfrutando”. Ella
lo siguió manoseando un muy buen rato, hasta que le dijo. “Ahora que
aprendiste, hacémelo vos a mí”. Ella se puso de espaldas, se abrió de piernas y
ofreció su colita perfecta.
El ya no veía nada
de tanta calentura, empezó a tocarla, pero le temblaban un poco las manos.
“Tranquilo”, dijo ella, “¿hay algo que no te guste o que te moleste?”.
“No, al contrario”,
él tomó más confianza, la empezó a franelear, le metió un dedo, luego otro, y
hasta el tercero, luego los sacó y le mandó la pija. Ella se retiró, y le dijo,
“no, así no, una cosa es la relajación anal, y otra el sexo anal. A este punto
aún no hemos llegado, tal vez más adelante... Ahora me voy a vestir porque me
viene a buscar mi novio”.
Él quedó como loco,
también se vistió. Siguió yendo
puntualmente a todas las clases, cumplía con todas las indicaciones, a la
espera de una nueva sorpresa. Ella lo siguió tratando como siempre, como si no
hubiera ocurrido nada que los alejase.
Esta forma de tratarlo era la gran esperanza para él, que ahora veía un
costo más que acarrea no saber controlarse y relajarse... “No hay tiempo que no se acabe, ni tiento que
no se corte...”
MT/mq.-
domingo, 12 de junio de 2016
UNA NUEVA INTERVENCION. Clase magistral de filosofía, a cargo de Manuel (o la muerte de Miguel Tardewski).-
UNA NUEVA INTERVENCION. Clase magistral de filosofía, a cargo de
Manuel (o la muerte de Miguel Tardewski).-
El decano de la Facultad de
Psicología estaba bastante confundido y no sabía a quién creerle. Había
escuchado a todos los alumnos de la comisión, y las narraciones de los hechos
diferían llamativamente. Casi la mitad sostenía un punto de vista, y la otra mitad
decía lo contrario. Decidió hablar en privado con dos alumnos, y los invitó a
su despacho. La primer elegida fue Romina Benetti, muy estudiosa, de familia de
profesionales de la salud, había terminado la secundaria el año anterior, y no
dudó en seguir Psicología, materia sobre la cual tenía numerosas lecturas, como
también de Filosofía, Antropología, Psicoanálisis, Lingüística; muchos ya la
veían como una excelente analista en el futuro. El otro alumno fue Gino
Racciatti, abogado, de más de treinta años, quien fiel a la tradición familiar
eligió la carrera y la profesión del Derecho, y ahora se estaba dando el gusto
de recorrer de a poco, en momentos libres, su otra vocación, las cuestiones del
espíritu, como gustaba llamarle.
Mientras caminaban hacia su
oficina, el decano repasaba mentalmente: Quaranta empezó a dictar su clase de
Problemática del Saber a las 17 horas, cerca de las 18 y 30 tuvo que intervenir
seguridad ya que había una persona en el piso, con lesiones, también llamaron
una ambulancia. Algunos relataban una pelea entre dos hombres, otros decían que
una persona empezó a golpear el piso como si simulara una pelea contra alguien …
“Le damos primero la palabra a
la señorita”, dijo el decano.
Romina contó: “Me
guío por lo que vi y lo que escuché directamente, desde un banco de la primera
fila. Suelo llegar temprano y sigo las clases con mucha atención, por eso es
fundamental para mí estar bien adelante. Manuel llegó puntual, lo cual sabemos
es poco habitual. Entró solo, de eso estoy segura, segurísima. Dictó su
clase como siempre, desordenadamente, haciendo malos chistes, tomando al pie de
la letra algunas respuestas o comentarios de alumnos, sacando todas las
conclusiones e implicaciones de las afirmaciones del otro, para buscar
contradicciones (es su deporte favorito), también recurrió a la ironía, a los
dobles sentidos, y los cambios de vía, en el sentido freudiano, tomando siempre
como punto de partida las palabras dichas por nosotros. Desarrolló muy
sucintamente el tema de la verdad y el conocimiento, habló de Sócrates, Platón
y Aristóteles, mencionó el término griego compuesto “kalo-kai-agathos”, pasó
rápidamente por Santo Tomás, el surgimiento de la ciencia en el renacimiento, y
más cercanamente habló de marxismo, existencialismo y posmodernismo. El tema de
lo social y la ética estuvieron también presentes. Hablaba más pausado que de
costumbre, estaba más disperso que lo habitual, parecía como si dialogara
imaginariamente con alguien, hasta que pasó lo que algunos alumnos le
comentaban en el aula.”
El decano dijo: “Gracias
Romina, clarísimo tu testimonio. Sigo desconcertado, ya me vas a comentar cómo
viste vos ese final. Doctor, ¿Usted qué dice?.”
Racciatti: “También me guío por
lo que vi y lo que escuché. Respeto lo que dice Romina, pero mi punto de
vista es totalmente distinto. Suelo sentarme en el fondo del aula, para
mí estas clases y esta carrera son más un descanso y una satisfacción, no tanto
la tensión de la responsabilidad y las obligaciones que vivo con mi
profesión. No presté mucha atención pero Quaranta llegó con alguien más,
es la primera vez que veo a este otro hombre, estaba algo desprolijo, sucio,
como decía un compañero, textualmente, parecía fumado… El profesor empezó
a hablar de la verdad y el conocimiento, y cada tanto había un contrapunto con
este hombre, a quien de aquí en adelante llamaré M. Sobre el profesor lo
que puedo decir es que es un poco payaso e irresponsable. Desubicado,
también, un poco. Original, quiere serlo, pero lo busca por caminos equivocados.
Creativo, es discutible. De todos modos, a mí me resulta simpático y divertido,
siento aprecio por él. Quaranta desarrolló su clase, tal como narró
Romina. Pero además M también participaba, lo primero que dijo fue: “Se
predica con el ejemplo”. Esto fue a partir de que el profesor dijo que siempre
es bueno decir la verdad. Se dijeron algunas cosas más que no entendí. Cuando
Manuel definió gnoseología y epistemología, M le dijo que defina también
las disciplinas que él cultivaba: fraseología y falseología. En algún momento
hubo una referencia al utilitarismo, M le dijo vos sos la más cruda
representación del utilitarismo. ¿Qué decís?, respondió Quaranta. Claro, lo que
vos hiciste con la carta y la novela, dijo M, y agregó: publicaste una novela,
y unos días después fabricaste ese asunto de la carta falsa de Kodama, lograste
difusión por todos lados, apareciste como escritor, y en muchas noticias se
nombró tu novela, lograste el objetivo, hacerte ver, como las vedetes que se
promocionan mostrando el culo. Es muy falso eso que escribiste respecto de que
no tenías ninguna intención comercial. Si querés hacer literatura, hacé literatura
de verdad, y no andés haciendo publicidad en base a mentiras, inauténtico de
mierda!. Tomátela, dijo Quaranta, y se
le fue encima, lo que ocurrió después es tal cual lo narraron los otros
alumnos.”
El decano les pidió a cada uno
que cuenten ese final:
Romina: “Quaranta se tiró al
piso y empezó a darle puñetazos a los mosaicos. Primero pensé que era otra de
sus intervenciones (¿artísticas?) pero los golpes eran reales y fuertes. Parecía
pelear con alguien, al que insultaba, pero estaba solo. Empezaron los gritos de
algunos alumnos. Vino seguridad. Al comprobar que tenía la mano derecha
sangrando y la muñeca aparentemente fracturada, llamaron a una ambulancia.
Luego vino Usted y cada alumno contó caóticamente lo que vio. Ahora, acá
estamos, le agradezco que me haya seleccionado. Si tengo que resumir, digo
simplemente: Manuel entró solo al aula, en ningún momento tuvo otra persona de
pie a su lado, no había nadie cerca cuando se puso a pelear contra el aire, a
gritar y a golpear el piso.”
Racciatti: “Quaranta se le fue
encima al otro tipo, se dieron un par de piñas, se cayeron al piso, por cierto
Manuel pelea bastante mal. M llevaba las de ganar cuando su cuerpo empieza a
hacerse invisible, y desaparece, pero no saliendo por la puerta, sino que deja
de ser visible en el mismo lugar de la pelea. Quaranta que estaba debajo
recibiendo más golpes, se incorpora y hace como que lo toma del cuello, pero ya
no peleaba contra nadie, y empieza a tirar trompadas, que no impactan contra su
rival, sino contra el piso, al tiempo que grita: ¡Miguel Tardewski te voy a
matar, Miguel Tardewski te voy a matar !!!”
El decano dijo: “Si no fuera
porque ambos me merecen la mayor de las confianzas, diría que se están burlando
de mí. No sé qué pensar”.-
MT/mq.-
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