miércoles, 29 de junio de 2016

FANTASÍAS (SEXUALES).


Viernes a la noche, reunión de amigos después de cenar, solo hombres. Empezamos con café, luego algo de alcohol. Uno de nosotros recuerda que alguna vez hablamos de fantasías, sexuales por supuesto, allá lejos en el tiempo. Retomamos, ahora son más elaboradas, enriquecidas por la experiencia. Hablan los otros. Luego me toca a mí. La mía es tal vez más simple. Me gusta Gisela. La conozco porque trabaja con un operador financiero. Suelo ir a hacer algunas operaciones, compra o venta de moneda extranjera. Ella es jerárquica, toma decisiones, controla, sabe muy bien lo que hace, cuenta billetes a toda velocidad, detecta los falsos o dañados, resuelve múltiples situaciones, una pantera de las finanzas operativas. Tiempo atrás nos presentó un allegado a mí que estuvo muy generoso, le dijo a ella: "Te traigo un cliente nuevo, es como si me vendieras o compraras a mí, son gente de mi confianza, amigos míos, hacéle el mejor precio que puedas."  Con semejante presentación de un pez gordo de las finanzas, Gisela siempre me dio un trato preferencial: pagarme unos puntos más, venderme un poco más barato, avisarme cuando había oportunidades, hacerme pasar a las mesas reservadas. Muy segura, seductora, solía saludar con un beso, un beso de verdad, no un pálido beso de compromiso, de los que se dan casi sin contacto. No, daba un beso con ruido, casi te diría con succión, cálido, húmedo. Más una miradita cómplice, esa mirada (por lo menos a mí me parecía) decía, "hasta acá, no más que esto". Aunque para otros, dueños o clientes muy grandes, había algo más que un beso, también imaginaba yo.  Creo que nunca le miré más que la cara, tan bella, y el pelo, salvaje. No sé cómo está de cuerpo, ni si es alta o mediana....  -¿Y la fantasía?. - Bueno, acá va: me invitan a una orgía, como ven es una flor de fantasía ...(risas, "y sí, quién te va a invitar a una orgía...."). Llego, hay una especie de vestíbulo para hombres, me reciben dos mujeres, semidesnudas, me invitan a sacarme la ropa, me ayudan, me acarician, me provocan, me hablan, y me explican las reglas de esa noche. Paso a la sala siguiente, con una buena erección ("también fantasía !!!", risas).  Hay un vestíbulo similar para damas, donde dos caballeros muy altos y musculosos, sin ropa, reciben a ellas. Al salir de cada vestíbulo, un hombre y una mujer se encuentran, para no llegar solos a donde hay acción. Y la que sale desnuda, con una tremenda sonrisa, muy relajada, muy segura, es.... Gisela. Me saluda con un beso, esta vez el beso me dice algo más, me mira hacia abajo y me dice "venimos muy bien eh!"   ("....  uuuhhh !!! más que fantasía !!! ", me interrumpe el monito, uno de los nuestros). Su cuerpo es increíble, solo tiene zapatos con taco, la veo alta y me quedo paralizado. Muy desenvuelta, como siempre, me dice, "Dále, invitáme a tomar algo, o te vas a quedar quieto ahí..."    -“Dále loco, al final qué pasa?", me dice uno de nuestra mesa.  -Eso es todo, la mujer que me gusta, la encuentro en una orgía, desnuda, me pide que la lleve a tomar algo, y de yapa elogia mi virilidad, no se puede pedir más.  -"Veo que seguís en la etapa de porno pueril", me dice otro del grupo. - "Y sí", digo, con un ruido de expiración nasal que es como una risa nerviosa,  bajando la cabeza, pero esta vez no se ve mi flequillo rubio que luzco orgulloso en las fotos de mis meses infantiles en Italia, si no que queda el descubierto mi incipiente calvicie...

domingo, 26 de junio de 2016

FALSEOLOGÍA

Siglo 24 o 25, no se sabe bien, la humanidad atraviesa tiempos muy difíciles, superpoblación, escasez de alimentos, cambios climáticos, invasión de todo tipo de dispositivos y aparatos digitales y electrónicos, exceso de datos, anarquía y caos de información. Se sabe que hubo un gran colapso (¿guerra, pestes?) hacia fines del 2200 y principios de 2300, se ha perdido gran parte de la cultura y la civilización anterior. Entre las personas de esta nueva era, hay un grupo a los que se denomina despectivamente Papeleros. Son personas que se interesan por los libros, las bibliotecas, los escritos, los impresos de siglos anteriores. En esta era digital se ha perdido el interés por esos soportes. Paul Basso es uno de los papeleros. Le han pasado noticias de que en alguna ciudad de Sudamérica, tal vez Rosario o Montevideo, se han encontrado nuevos libros en una casa. Decide viajar, le cuesta ubicarse, pero el encuentro casual con una chica en una estación, lo ayuda. Ella es Ema Correa, una joven bellísima, exquisita, finísima, muy inteligente, gran lectora, escritora, que sigue intentando vivir como editora. El interés por los libros, algo inusual entre las personas de la era post colapso, les da tema de conversación.  Ema sabe cómo llegar a esa casa. Paul tiene algo de dinero para pagarles a los dueños del inmueble, y que le permitan pasar unas horas en la habitación donde están los libros. Correa acepta acompañar y entrar. No es mucho lo que se conserva en condiciones mínimas para ser leído y apreciado; han pasado siglos y el papel está muy deteriorado. Encuentran un texto de Sigmund Freud, sobre la psicosis del Sr. Schreber, Presidente de un Tribunal de Justicia.

Ema apunta: Schreber se queja de que lo acosan “pájaros hablantes”. Estos se formaron de restos de almas de seres humanos bienaventurados, pero que fueron cargados de veneno cadavérico y azuzados contra él.  Los han habilitado para proferir frases aprendidas de memoria y carentes de sentido, que les han inculcado. Esos pájaros de Schreber no comprenden  el significado de las palabras que pronuncian, pero tienen una natural receptividad para su homofonía, que no necesita ser total. De ahí que poco les importe que se diga:
“Santiago” o “Karthago”
“Chinesentum” o “Jesus Christum”
……
Freud interpreta que se refiere a personas a las que algunos atribuyen “cerebro de pájaro”, que no saben decir más que frases aprendidas de memoria y delatan su incultura confundiendo entre sí palabras que suenan parecido.

Paul repara en Rebelión en la granja, de George Orwell. Le llama la atención la descripción de las ovejas. Estas y las aves, analfabetas y acríticas, personifican a la masa que sigue al líder. Para ellos y los animales menos inteligentes se ingeniaron consignas sencillas, como  "Cuatro patas sí, dos pies no", que solían repetir todo el día. Nos son capaces de retener oraciones largas, sino que a medida que las van repitiendo, solo quedan las primeras palabras.

Por último Correa y Basso se disputan un impreso, parece ser un borrador de unas notas para un eventual libro, “Ética a Mirko”.  Son dos hojas, muy manchadas, pero algunas frases pueden leerse.

Hay un epígrafe:

Groussac o Borges
Santiago o Cartago
Ricardo Rodríguez Araya o Emir Alvarez Gardiol
Ray Bradbury o Isaac Asimov
Quaranta o Tardewski

Y luego, una especie de recordatorio para sí mismo:
“Darle forma a estos borradores, la semana que viene inventar algo más para la charla de ética, sociedad, filosofía.”

FILOSOFIA

1) «Entia non sunt multiplicanda praeter necessitatem», es decir: «no deben multiplicarse las entidades innecesariamente.»

Alternativa: “Creá tantos entes, entidades, seres y fantasmas como te plazca o necesites.”

2) "Adaequatio rei et intellectus", o bien "Adaequatio intellectus ad rem": teoría según la cual la verdad consiste en la correspondencia entre la cosa conocida y el concepto producido por el intelecto. 
Una forma popular y politizada es la de un general: “La única verdad es la realidad.”

Alternativa: “La verdad no tiene por qué ser lo que pasa en ‘la realidad’ (además ¿qué es la realidad?).  La verdad puede ser lo que a vos te guste o te convenga, si es necesario, inventála.”

ETICA:

Sócrates: “Solo sé que no sé nada.”

Alternativa: “Si no sabés, chapeá, que parezca que sabés.”

Aristóteles: «actuar en sometimiento a la razón»; «cualidad de obrar de la mejor manera en relación con el placer y el dolor»; y «la disposición o hábito de elegir el justo medio,  relativo a nosotros en acciones y emociones, determinado por la razón y tal como lo determinaría un hombre prudente.»

Alternativa: “Me cago en la razón, busco el placer, evito el dolor, nada de justo medio, busco el extremo del placer y hasta de la falopa, si se me canta.”

Kant: “Obra según una máxima tal que se pueda convertir en ley universal.”

José Ingenieros: “No hay ser más despreciable que aquel predicador de moral  que no ajusta su conducta a sus palabras.”  

Alternativa: “Haz lo que yo diga, pero no lo que yo haga”. “Actuá según lo que te convenga o lo que se te cante, no pienses en leyes universales, las totalidades son imposibles.”

Heidegger: “Ante todo la existencia de una persona debe ser auténtica. No depender de los elogios de terceros, no inventar méritos para ser admirado. No estar pendiente de las novedades, noticias, publicidades y propagandas. El mejor hábito para la mañana bien temprano es leer las páginas maestras de los grandes clásicos.   Preocuparse por lo que uno es, y nunca por lo que parece. Ser independiente de los objetos materiales.”

Alternativa: “Auténtica e inauténtica, ambas.  Dependo de los elogios, y estoy todo el día en las redes sociales buscando que me den “Me gusta”. Invento para que me amen. Estoy atento a las propagandas, a las noticias, busco objetos que me den gratificaciones. Vivimos y gozamos en un mundo objetal, viste?.”

Cicerón: “Sé absolutamente austero en tus gastos, y en particular cuando te asignen fondos públicos para alguna misión.”

Alternativa: “La guita está para gastarla y disfrutarla.  Y más si son fondos públicos, de empresas o fundaciones. Tratá de que te bequen, que te inviten de Europa y te paguen los pasajes para ir a hablar de boludeces a Holanda. Verseála bien y después recorré alguna ciudad que valga la pena, como Venecia, andá a la bienal con plata del pueblo.”

Adagio del Derecho Romano:   “Dura lex, sed lex.”

Alternativa.  “Que la ley sea dura para los otros, nosotros mejor que estemos fuera de la ley o que nos alcancen las formas más benignas.”


Utilitarismo: “Todo acto humano, norma o institución, deben ser juzgados según la utilidad que tienen, esto es, según el placer o el sufrimiento que producen en las personas. El objetivo último es lograr la mayor felicidad para el mayor número de personas.”  ….   

Un nuevo apunte hacia el final de este borrador:

Completar, precisar todo lo anterior ….


QUARANTA, extracto de una entrevista sobre la lectura.
Cito la novela Respiración artificial: “Nadie sabe leer, nadie lee. Porque para leer, dijo Tardewski, hay que saber asociar”. La lectura es un espacio de relaciones en las que el lector termina por construir el texto, el texto no es un lugar cerrado y definitivo sino que es el lector el que con su impronta lo abre hacia otras dimensiones y sentidos. En consecuencia, un buen lector es el que cuenta con la capacidad de elaborar la mayor cantidad de referencias posibles, y ese ejercicio se da, sobre todo, por el número y la calidad (que se genera con el número, es como un círculo) de lecturas. Aunque como todos saben, el hábito no hace al monje.


jueves, 23 de junio de 2016

Voy a la peluquería. Hay dos o tres personas antes que yo. Me toca esperar cerca de una hora. Hoy hay gente porque cobran a mitad de precio, hay una malaria…  Hay diarios viejos. Con esto de Macri ya no hay ni para revistas… Encuentro un diario de julio de 2015. En la tapa leo, María Kodama intimó a un escritor rosarino. La comento con el peluquero y se suman algunos clientes. Sí, yo me acuerdo, dice uno. Le mandó una carta documento esa vieja. A quién?, pregunta el peluquero.  A un escritor, dice el cliente.
Uno dice Quaranta. . ¿quién? dice el peluquero, ¿Quaranta, cómo el médico?. Agrego yo: “Manuel Quaranta, escritor rosarino, alguno leyó algo de él?”. No. No. No, dicen tres o cuatro. La vieja esa le mandó un telegrama?. Pero qué pedazo de hija de p….  Por qué no lo deja escribir tranquilo.  Pregunto: ¿existió la carta?. Un cliente, taxista, se suma. Sí, claro que existió pibe, ja, mirá lo que dice este,  yo me acuerdo, lo “dijieron” en la radio. Lo demandaron. Era invierno, me acuerdo que llevaba a una pasajera que había comprado frazadas. En la radio estaban hablando de la carta, después lo leí en el diario, claro que existió, qué le pasa a este, se pone en exquisito?, - sentencia el conductor. Está bien, concedo. Pienso en silencio lo que se aprende en la facultad: los hechos, las teorías, los discursos, los hechos de discursos, la construcción de la realidad, mejor me callo. Acá rige otro discurso, la realidad es una cosa muy sencilla, la ves en la calle, la hablás con los clientes, y te la cuentan la radio, la televisión y el diario…. Pero hay otras formas, más sutiles, más elaboradas, algunos consideran toda la realidad como un gran simulacro, y las intervenciones artísticas vienen a dar un toque distinto a esa realidad cotidiana.


Rosario, 29 de junio de 2016.

Día de mi cumpleaños por la mañana, suena el timbre, una voz dice:
 –“Cartero”.
Bajé. Imaginé que llegaba un desayuno de regalo….
Pero no,  me encuentro con una Carta Documento. Lo sabía, la estaba esperando, era solo cuestión de días, o semanas.
Son tres los intimidantes, la abogada y sus representados, Piglia y Quaranta. El escritor no quiere que use más el nombre de Tardewski, es entendible, pero me llamo así, no puedo hacer nada. Le enviaré una carta con la fotocopia de mi documento.

Con respecto al creativo, pretenden que deje (en parte, no totalmente) de usar el estilo de él.  Considero que es un error, tengo estilo propio, no se lo copié a nadie, es producto de mi vida, mi educación, mis lecturas y mi experiencia. También de mis lectores, que de a poco se van sumando, y van haciendo comentarios en mi blog, festejando ocurrencias, celebrando infantilismos. Lejos estoy de tener una comunidad como MQ, aunque en algunos puntos esa comunidad es endogámica.  Los que lo comentan son los mismos que reciben sus elogios.  Lil, Euge, Clari, Vísperas y tantos más reciben los comentarios positivos del creativo, y a su vez son los que lo alaban. Entre todos ellos hay jurados, jueces, glosadores, aplaudidores, seleccionadores, residentes, todo queda dentro de esa gran familia…   Creo que ÉL va a ser un escritor de verdad, cuando deje de escribir deliberadamente sobre sí mismo y para el aplauso de su entorno endogámico. Cuando deje de hacer la fácil, como por ejemplo tomar un cuento de Borges, El Sur (obra maestra si las hay), y cambiarle solo circunstancias, eso lo hace cualquiera.  Cuando deje los jueguitos narcisistas, cuando afloje un poco con las redes sociales (está colgado todo el día). Estamos asistiendo al surgimiento de un escritor de verdad, pero le queda dar ese paso. Cuando dé ese paso entonces sí escribirá acerca de si mismo, sin nombrarse, sin referir que se tomó un colectivo o escuchó tal conversación. Escribirá desde el alma, desde el desgarramiento del ser, sobre los temas decisivos, el amor, la soledad, la muerte, la infancia perdida, las ilusiones, los deseos ocultos, las pasiones, los encuentros y desencuentros.

Me está gustando la literatura de Quaranta, estoy abriendo mi mente y mi sentir al arte moderno, las intervenciones y las instalaciones, los entrecruzamientos, las intertextualidades (yo no soy más que una de estas).

Mirá a continuación la imagen de la carta:





Luego de ello, como no podía ser de otra manera, me llamaron de los medios, de las radios, la replicaron mil veces, hasta que Enriqueta Larguirucha publicó en La Crapital:

INTIMAN A UN ESCRITOR ROSARINO A QUE DEJE DE UTILIZAR UN NOMBRE DE FICCION,  Y UNA IMAGEN Y UN ESTILO DE UN LIDER DE LAS REDES SOCIALES.

El receptor. Tardewski, bajó a buscar el desayuno y le entregaron la carta documento.
Los remitentes. El escritor Piglia, y el posteador creativo, Borges Quaranta.
El documento.  Imagen de la carta que se puede ver por separado.

Les cuento que no tenía ganas que me tomen de nuevo de boluda, con lo cual decidí hacer esta nota en joda.  Todas las notas de este diario son en joda, nadie verifica nada, los jefes de redacción están jodiendo (tomálo en todos los sentidos), y no existe el hábito de consultar a un médico, abogado o contador, según lo que trate la nota. Investigar es un verbo desconocido, profundizar no es un hábito. Sinceramente no sé qué hacer con algunos datos, cómo verificar el Dni, o el domicilio del remitente. Cómo buscar en la web sobre la abogada, tampoco tengo idea de cuáles son los usos y costumbres en las cartas documento con intimaciones jurídicas.  Ni hablar de que vaya a hacer un llamado por teléfono para confrontar algún dato. Todo eso que quede para algún lector neurótico, uno de cada diez mil se le puede ocurrir algo de eso. Las fechas son para los cuadernos de hace cincuenta años, ahora las fechas las pone “el sistema” o los sellos. Que haya o no haya sellos en la carta me importa poco, y las únicas obleas que conozco son las de Terrabusi, perdón que ponga marcas, pero los multinacionales se meten en todo…. Bueno, mañana me estoy yendo de viaje, así que corto acá, y cualquier cosa que la resuelvan mis editores. Saludos.

Enriqueta Larguirucha

martes, 21 de junio de 2016


Tercera y última entrega de esos ejercicios adolescentes, de esta etapa anal…..


DON ANTONIO

Antonio se había ido a vivir solo a un departamento de un dormitorio. El edificio estaba cerca de su trabajo y de algunas facultades. Eran varias unidades por piso y había muchos estudiantes. De a poco fue conociendo chicos y chicas. Luego se fue ganando fama de profesor particular ad honorem. Es que este hombre sabía y leía mucho, era administrador de una cooperativa y coordinaba las actividades culturales. Volvía por la tarde a su casa y aprovechaba para leer y estudiar. Con el paso del tiempo le dedicaba dos o tres horas diarias a ayudar a los chicos con los exámenes. Era un hombre maduro, las chicas lo apreciaban, y cariñosamente le decían el viejo o el maestro. Algunos acudían a él para recibir consejos. Las chicas querían encontrarle una novia. Además tenía un buen botiquín y los vecinos le pedían pastillas o pomadas para no ir a la guardia del hospital. El siempre aclaraba que era solo para salir del paso, que a la brevedad tenían que consultar a un médico. Una de las vecinas, que siempre había tenido muchos novios, una tarde le dijo: “Tengo un problemita, quiero que me ayudes vos, sí ?”.
- Vení cuando quieras, dijo el viejo.
- Ok, pero no tiene que haber nadie.
La chica fue al departamento del profe.
- Me parece que tengo hemorroides, te muestro. Puedo pasar a tu pieza?.
- Pasá, no está muy ordenado, pará que pongo una sábana limpia.
Abrió el ropero. Ella alcanzó a ver una foto de una mujer desnuda del lado de adentro de la puerta.
- Acostáte acá.
Ella se levantó la minifalda, no tenía bombacha. Separó las nalgas. El solo miró, no la tocó.
- Son unas hemorroides bravas. Vestíte nomás. Ponéte esta pomada, bañáte y cambiá de ropa interior dos veces por día. Comé con poco y nada de condimentos. Ah! y no hagas nada por ahí.
- Nada de qué?
- Actividad sexual. Cuidáte mucho, y es importante que la persona con que tengas intimidad sea muy higiénica.
- Para mí va a ser difícil no entregar la cola.
- Primero tu salud, niña.
- La verdad es que sos todo un caballero. El otro día en la guardia tres pendejos recién recibidos me separaron los cachetes y me metieron uno o dos dedos en el culo, en cambio vos ni me tocaste….
- Primero el respeto.
- Ahora no son tan respetuosos. Te vuelvo a ver estos días.
La joven le dio un tierno y cálido beso al viejo. Se sentía muy cómoda con él, y volvió cada dos o tres días a que el viejo la controlara.
A los diez días se lo cruzó en el ascensor.
- Hoy tengo que ir a verte.
- Si podés, vení ahora, a lo mejor salgo más tarde.
- Epa, alguna novia?
- Ojalá ….
- En un rato voy.
Ellá pasó por su propio departamento, buscó un top y una mini muy provocativas, se puso zapatos de taco alto y se fue hasta lo del viejo.
- Acá estoy, vengo a mostrarte mi colita.
- Pase señorita.
- Me dijiste que después salías, pero hoy te voy a pedir un rato más para mí.
- Lo que necesites.
Ella pasó a la pieza y se sacó la ropa, se dejó los zapatos puestos. Se acostó boca abajo y abrió bien las piernas, levantando la cola.
- Miráme bien, quiero que me des el alta.
- No hace falta que te desnudes toda. Para mí estás bien, podés vestirte, y cuando tengas tiempo, andá a consultar un buen médico.
- Mi médico sos vos, y pienso quedarme desnuda.
- ….
- Culiáme, ya que estoy tan bien.
El viejo no lo podía creer. La flaca tenía un orto impresionante… Si se habrá calentado estos días. Fue hasta la mesita de luz, y sacó un forro y un pote de vaselina.
- Epa, viene preparadito el hombre. Tan casto que parecía.
Antonio se sacó la ropa.
- Y qué bien dotado!
- No te preocupes, te voy a cuidar.
- Es lo que venís haciendo desde que llegaste al edificio. Pero no me cuides tanto… sí?
Antonio le acarició y le besó el culo. Se puso el preservativo y la lubricó a ella y a su pene forrado.
- Metémela de una, por favor.
El viejo se la clavó de a poco, hasta que llegó bien adentro.
- Ah! Sí, así, culiáme, rompéme el culo, metémela bien fuerte y hasta el fondo.

El viejo se la metió de a poco, sin retroceder, hasta que se la puso toda. Se la dejó unos instantes hasta el fondo, y presionó, luego empezó el movimiento de ida y vuelta. La flaca se masturbaba frenéticamente el clítoris con una mano, y se metía dos dedos de la otra bien adentro de la concha. El viejo empezó a tomar ritmo, iba y venía con total intensidad, llegando lo más profundo posible. Su calentura y su furia aumentaban. No  podía creer estar poseyendo semejante orto. Disfrutaba el panorama, esa espalda estilizada cubierta de salvajes cabellos rubios, ese culo monumental que ahora ella subía y bajaba, marcando el ritmo y la profundidad de la penetración. El viejo se apoyó más sobre ella, le besaba el cuello y con la boca saboreaba sus cabellos. La flaca empezó a sentir esa mezcla de dolor, incomodidad y tremendo placer, muy típicas de una culiada con todas las letras, suministrada por una gran poronga, y claro indicio de que se avecinaba una buena explosión. El viejo seguía firme, duro, y tenía para un buen rato. Siguió con rigor en aumento. La flaca sentía que se alteraba su percepción del tiempo, el mundo le daba vueltas, todo su cuerpo experimentaba sensaciones; empezó a tener un orgasmo completo, desde los pies, las piernas, la pelvis, la vagina, el culo, el clítoris, el vientre, la espalda y la cabeza, que daba vueltas por todos lados, su respiración seguía in crescendo y la explosión orgásmica fue increíble y prolongada….
- ”Me encantaría que me acabes adentro, sin forrito. Yo te lo saco, si?. “
El viejo se retiró, la flaca se dio vuelta y le quitó el preservativo. Le besó, le lamió y le olió el gran vergón, hizo el gesto de calentura y admiración con los dientes sobre su labio inferior.
- “Ahora sí, dámela con todo y estallá adentro mío, inundáme de leche.”
Se dio vuelta y se puso en cuatro, bajando la cabeza, apoyando los antebrazos sobre las sábanas, ofrendando su culito perfecto. El viejo le hizo una linda lamida de agujerito y se la empaló de una, sin reparos. Más caliente que nunca, embistió a la flaca varias veces hasta que sintió que se venía su explosión. Tuvo una eyaculación volcánica, con abundante semen, bien en el fondo de la cola de la yegua esa, la llenó de leche como ella se lo pidió. Los dos se desplomaron. “Quedate arriba mío con la pija hasta el fondo, quiero sentir cómo se va poniendo en reposo”.  El viejo quedó detrás de ella, su pene se fue retrayendo hasta que se salió de aquel culo increíble.
….
Entre las mujeres del edificio eran muy comunes las rondas de mate y las charlas por la tarde en algunos departamentos. Se contaban casi todo. Al día siguiente de la gran culiada, la flaca contó con lujo de detalles lo que había vivido. Muy disimuladamente, una profesora de gimnasia, de ese grupejo, abandonó la reunión. Era una veterana con excelente cuerpo y mucha actividad sexual, se dirigió al departamento del viejo. Tocó timbre, y le dijo: “Tengo un problema”.
- “Lo que necesites”.
- “Tal vez puedas ayudarme, me salió un grano en la cola…”

MT/mq.-


lunes, 20 de junio de 2016


Segunda entrega de una serie de tres ejercicios….

ANDREA X**

La negra Andrea había tenido que volver de urgencia a Argentina porque su padre estaba mal de salud. Había cumplido 40 años, y se mantenía como siempre muy atractiva. Desde hacía muchos años estaba radicada en París. No estaba ejerciendo su profesión de odontóloga, y estaba incursionando en algo que la apasionaba: diseñar ropa para mujeres. Si bien había estado en pareja con distintos hombres, no conseguía encontrar el hombre de su vida. Los últimos meses estaba sola, y bastante decepcionada. Tampoco tenía hijos, situación que la apremiaba y angustiaba. Pensaba que a lo sumo le quedaban dos años más de fertilidad...

En Rosario retomó el contacto con sus amigas de siempre, casi todas casadas, la mayoría madres, y algunas ya separadas. Habló de todo con ellas, y sí, expresó su anhelo de tener una pareja estable, formar una familia, tener un hijo...

Aprovechó como siempre para consultar sus médicos y hacerse algunos tratamientos, dado que en Europa el costo de la medicina es muy alto en euros. Esta temporada no se salvaba de la operación de hemorroides.

Consultó al proctólogo de la familia, que la derivó a un colega para la cirugía. El nuevo médico era joven, alto y muy atractivo, de muy buen trato, y con muy buenos antecedentes académicos y profesionales.

La primera consulta tuvo lugar en la Sanatorio Parque, y la paciente estaba con la incertidumbre de esta nueva relación. Fue muy atractiva como siempre, y después de las palabras iniciales para romper el hielo, y encaminar la relación, en donde se destacaba el excelente y cuidadoso trato de él, la invitó a acostarse en la camilla. Ella fue detrás del biombo, y se desvistió de la cintura para bajo, quedando descalza, con un par de medias blancas. Se subió a la camilla, y se acostó boca abajo.

El flaco no podía creer el culo que tenía aquella negra !!!  Le indicó que separara levemente las nalgas con las manos, y quedó el agujerito al desnudo. Las venas inflamadas, las trombosis, el color morado y la complicación general del cuadro hacían inevitable la operación. Se colocó un guante, el cual lubricó debidamente, y le comentó a la paciente que debía tactarla, lo que haría con sumo cuidado. Ella sintió el ruido del guante de látex y el frasco que se abría con la sustancia para lubricarla, mientras pensaba que ese pendejo empezaba a gustarle. El tipo metió primero un dedo, y luego dos, examinando detenidamente el orto de la negra, en profundidad, y en detalle.

Le dio unos papeles descartables para que se limpie y le dijo que se vista.

Se sentaron nuevamente a hablar. Ella se sentía algo molesta porque estaba pegajosa, y tenía algo de dolor por el tacto al que había sido sometida.

El doctor le dijo que se podía preparar la cirugía para la semana siguiente, que requería solo  medio de día de preparación dentro de la internación y que debía respetar una dieta el día anterior. Luego de internarse, se le iba a aplicar un enema en la mañana, y la operación sería alrededor de las 14 horas. La externación, si todo iba bien, sería dos días después.

La negra se tomó unos días para organizarse, mientras su padre seguía internado. El sábado siguiente, falleció. El duelo de ella fue muy intenso durante dos semanas. Sentía que había perdido al hombre que más amaba en la vida, y reflexionaba sobre qué era lo que le pasaba con los otros hombres, que no podía encontrar uno como deseaba. Se sabía linda, inteligente, interesante. Así pasaron varios días, y la negra decidió radicarse en Rosario.

Sentía muchas molestias en la cola, con lo cual la operación ya no podía postergarse más. Pidió un turno de urgencia y fue a ver a este médico joven, que por alguna razón, se le aparecía como una esperanza, no solo en relación a la salud, sino a algo más. Redobló sus armas de seducción, y fue más provocativa aún. Cuando él la invitó a la camilla, Andru fue directamente acostarse sin quitarse la minifalda negra: se la levantó con un movimiento decidido, debajo no llevaba ropa interior. El flaco volvió a conmoverse, ese culo era irresistible. La revisó una vez más y coordinaron la internación para tres días después.

Llegado el día la negra fue a internarse, y consiguió una habitación exclusiva: lo quería al flaco para ella sola. Al llegar a la pieza, la enfermera la hizo desnudar y le dio la bata con la que se quedaría hasta ser trasladada al quirófano.  Al rato le harían un enema. Minutos después vinieron una enfermera y un aprendiz al que la negra también le echó el ojo. “¿Qué me está pasando con los péndex?”, se preguntó.

Los dos procedieron, ello sintió molestias, y al rato evacuó.

Se quedó varias horas sola, pensando en su destino y en su vida. A las dos de la tarde la trasladaron al quirófano en camilla, le retiraron la bata, y la hicieron acostar boca abajo en la camilla de cirugía. Estaba totalmente en bolas, con el culo para arriba, ante por lo menos seis hombres que se disponían a operarla. Sabía que su culo era irresistible, y sentía a la vez vergüenza y algo de orgullo, ella nunca desaprovechaba la oportunidad para mostrarse y seducir. Hasta había recurrido a un pequeño detalle: se había depilado íntegramente, logrando el cero total que vuelve loco a tantos hombres, cuando miran la rayita. En esta oportunidad ese detalle quedó algo postergado...

Los anestesistas iniciaron su trabajo, hablaron con ella cordialmente las últimas palabras, ella fue sujetada a la camilla, y fue perdiendo de a poco la conciencia. Cuando la anestesia hizo su efecto, la cubrieron como acostumbra a hacerse, esa banda de pajeros la vio bastante tiempo en bolas, disfrutando ese culo increíble.

La cirugía fue exitosa. Luego de las prácticas de rigor, la paciente fue trasladada a su habitación. Se despertó confundida y dolorida, pedía ver a su médico, del que se sentía muy dependiente. El joven fue a verla dos veces ese día, le comentó que todo había salido bien, que debía estar tranquila, y que al día siguiente por la tarde hablarían de la externación.

A la mañana siguiente fue a verla, la revisó, y ella ya no tenía grandes molestias. Todo va bien, le dijo, a la tarde te controlamos, y seguramente mañana te vas.

Por la tarde la fue a ver, ella se puso boca abajo, quedando su cola desnuda una vez más. “Mañana te vas”. “Buenos dijo ella, estoy muy agradecida con tu trato, y con tu atención, me encantaría invitarte a cenar la semana que viene, por supuesto si no tenés compromisos.” Él contestó: “acepto gustoso, no tengo compromisos”.

Fueron a un restaurante muy distinguido. Conversaron mucho, como si se conocieran desde hacía varios años. Ella tenía diez años más que él.  Él empezaba a interesarse en esa mujer pero iba despacio; ella en cambio ya estaba decidida a voltearse a ese pendejo.

Luego del postre, el joven, todo un caballero, la acompañó hasta la casa. Le dijo que iba a estar unos días afuera, en un congreso, pero que la semana siguiente ella fuera al consultorio, para darle el alta definitiva, y de paso seguir conversando. Mañana mismo pido turno, dijo ella.

Pensó en él todo el fin de semana, sentía que se estaba enamorando. No veía la hora de que llegara el miércoles para ir a consulta. Llegó el día.  Ella fue más yegua que nunca, un vestido floreado y veraniego, sin nada abajo, y unas sandalias. El la hizo pasar, y se sentaron a conversar. Él con el buen trato de siempre le preguntó cómo andaba; ella fue bien directa: ”el alta me la doy yo sola, me siento bárbara”. Se levantó, se sacó el vestido, y se inclinó sobre la camilla, apuntando la cola hacia el doctorcito. “Vení nene, reculiame”.

El se quedó frío, sabiendo lo que quería, pero dudando en hacerlo allí... Se decidió, tomó el pote de vaselina, esta vez para darle, por primera vez, otro uso!!!

MT/mq.-





LA PROFESORA DE YOGA Y UNA TÉCNICA MUY PARTICULAR


En esta sección inauguramos la publicación de algunos textos eróticos o pornográficos. Son simples ejercicios hechos para algunos concursos realizados por la web, a los que aún no llegué a enviar ningún trabajo. Nunca falta un amigo que los lea, en este caso mi amigo Martín los lee, se divierte y los califica de porno pueril.
NOTA: voy a publicar en total tres textos de este género, van de menor a mayor.


Milonga del primer porno
Que se erectó, nos da igual
En las teclas de Quaranta
En la pluma de Tardewski.


El empresario trabajaba mucho, y su único objetivo parecía ser el lucro. Tenía carácter difícil, estaba separado, veía de vez en cuando a sus dos hijos. El trato con la gente, clientes, proveedores y empleados era difícil y no eran infrecuentes los exabruptos y las malas reacciones. Le quedaban algunos amigos. Uno de ellos, Mateo, le dijo: “Pepe, tenés un estrés tremendo, pero peor que eso es que entraste en una cadena de pérdida de armonía.  Tenés que ver a esta profesora de yoga, te dejo la tarjeta”.
“Alguna vez iré”, respondió irónicamente.
“Alguna vez no, yo mañana te vengo a buscar a la salida de tu empresa, traéte ropa suelta y deportiva, el último turno es de 8 a 9 de la noche. Si no hacemos esto, vos no salís más”, dijo Mateo, preocupado.
“Salir de qué, boludo!”, contestó Pepe irritado.
“Justamente, de esta clase de reacciones, mañana paso a buscarte a las siete y media, te quiero encontrar con el bolsito, y mejor onda. Ah!, no te vas a arrepentir”, dijo mientras se iba, con un guiño.

Al día siguiente, Mateo pasó unos minutos antes de la hora convenida. Pepe estaba inflamado con muchas cuestiones de trabajo. “Cerrá todo, mañana seguís, lo más importante ahora sos vos.”
- ”No sabés los quilombos que tengo, hay tantas cosas para hacer”.
“Sí – contestó Mateo . El quilombo que tenés es un espiral de negatividad, y lo más importante que tenés para hacer es empezar una actividad que te va a dar salud, armonía y equilibrio. Veníte conmigo al auto ahora”.

Llegaron al gimnasio. ”Este es mi amigo Pepe”, dijo Mateo. Silvia, la profesora de yoga,  se presentó sola, saludó a ambos con un beso muy tierno, con mucho estilo. El aroma de Silvia era exquisito, su paz espiritual, su voz segura, su armonía, impactaron a Pepe, que ya empezaba a cambiar su mala predisposición.
El ambiente era muy especial, casi penumbras, cortinas de varios colores, murales con paisajes e imágenes muy tranquilizadoras. “Acá tratamos a hacer silencio, o hablar en voz muy baja, no hacemos casi ruido”, dijo Sil.
Pepe empezó a percibir la paz y la tranquilidad.
En la clase le tocó el lugar más alejado de la profe. Trató de hacer los ejercicios, de a poco como le habían indicado. Silvi se acercó varias veces a él, lo controlaba, lo alentaba. Al final de la clase, lo invitó a quedarse diez minutos más, para trabajar en  unos ejercicios de respiración.
Pepe se entusiasmó mucho, y de a poco empezó a tener pequeños cambios. No faltó a ninguna clase en el primer mes. Trató de cultivar la armonía y la tolerancia, y salir del espiral de negatividad como le decía su amigo Mateo.  Además, Silvia era una mujer muy interesante y enigmática. Tan cercana en algunos aspectos, su calidez, su preocupación por sus alumnos, su estilo, su voz, su cuerpo tan atractivo, su rostro tan calmo y singular. Pepe empezaba a enamorarse de la profe.

Un martes ella le dijo que la próxima clase fuera a las 9. Al llegar se iban todos. Silvi lo saludó y le dijo: “hoy te quiero dedicar una clase especial. Has tenido asistencia perfecta durante el mes, y eso merece un reconocimiento. Vamos a repasar algunas técnicas, y al final podés tener una sorpresa....”
Trabajaron en distintas técnicas, posiciones, elongaciones, fue una gimnasia muy exhaustiva, al final hicieron trabajos de respiración y relajación. Ella insistía en que esta era un punto en que él debía seguir ejercitándose, y agregó:
“Bien, ahora vamos a hacer una relajación anal, vení, vamos al vestuario,  que nos bañamos juntos.”
Ella se dirigió al vestuario, y él fue detrás. Ella empezó a desvestirse, mientras él estaba perplejo. Ya toda desnudita, ella caminó unos pasos hacia las duchas, y se dio vuelta hacia él mirándolo con una sonrisa muy sugestiva. “¿Pensás desnudarte, o  querés bañarte con la ropa puesta?. Si no te sentís cómodo, te pido disculpas y te espero la clase que viene”.
- “No, discúlpame vos, vamos a las duchas”. Él se desvistió, y se le recontra paró la pija. Sil lo miraba de una manera muy especial, globalmente, y con una sonrisa muy natural, pero no hizo referencia a su erección. Ella sacó de un bolso productos con bello aroma, para hacer espuma, se enjabonó bien, y se los pasó a él. El agua era abundante y tibia, se bañaron un buen rato sin tocarse, en dos duchas contiguas, hasta que ella le dijo “cerrá esa ducha, y vení a esta”. El obedeció. “Apoyate contra este borde, de espaldas hacia mí.”  Ella empezó a masajearle la espalda, y bajó hasta las nalgas. “Abrí la piernas, y relajáte”. Le tocó la raya del culo, y se colocó un guante. Empezó a jugar con el agujerito, le metía un dedo, luego dos. “Relajáte”. Entraba y salía, jugaba por dentro y por fuera. “Para nosotras el culo es muy importante, es una fuente de sensaciones muy rica, y de placeres a los que no hay que renunciar, ¿qué sentís?”. – “Mucho placer”, dijo él.  –“Bueno, relajáte y seguí disfrutando”. Ella lo siguió manoseando un muy buen rato, hasta que le dijo. “Ahora que aprendiste, hacémelo vos a mí”. Ella se puso de espaldas, se abrió de piernas y ofreció su colita perfecta.
El ya no veía nada de tanta calentura, empezó a tocarla, pero le temblaban un poco las manos. “Tranquilo”, dijo ella, “¿hay algo que no te guste o que te moleste?”.
“No, al contrario”, él tomó más confianza, la empezó a franelear, le metió un dedo, luego otro, y hasta el tercero, luego los sacó y le mandó la pija. Ella se retiró, y le dijo, “no, así no, una cosa es la relajación anal, y otra el sexo anal. A este punto aún no hemos llegado, tal vez más adelante... Ahora me voy a vestir porque me viene a buscar mi novio”.
Él quedó como loco, también se vistió.  Siguió yendo puntualmente a todas las clases, cumplía con todas las indicaciones, a la espera de una nueva sorpresa. Ella lo siguió tratando como siempre, como si no hubiera ocurrido nada que los alejase.  Esta forma de tratarlo era la gran esperanza para él, que ahora veía un costo más que acarrea no saber controlarse y relajarse...  “No hay tiempo que no se acabe, ni tiento que no se corte...”

MT/mq.-


domingo, 12 de junio de 2016

UNA NUEVA INTERVENCION. Clase magistral de filosofía, a cargo de Manuel (o la muerte de Miguel Tardewski).-

UNA NUEVA INTERVENCION.  Clase magistral de filosofía, a cargo de Manuel (o la muerte de Miguel Tardewski).-

El decano de la Facultad de Psicología estaba bastante confundido y no sabía a quién creerle. Había escuchado a todos los alumnos de la comisión, y las narraciones de los hechos diferían llamativamente. Casi la mitad sostenía un punto de vista, y la otra mitad decía lo contrario. Decidió hablar en privado con dos alumnos, y los invitó a su despacho. La primer elegida fue Romina Benetti, muy estudiosa, de familia de profesionales de la salud, había terminado la secundaria el año anterior, y no dudó en seguir Psicología, materia sobre la cual tenía numerosas lecturas, como también de Filosofía, Antropología, Psicoanálisis, Lingüística; muchos ya la veían como una excelente analista en el futuro. El otro alumno fue Gino Racciatti, abogado, de más de treinta años, quien fiel a la tradición familiar eligió la carrera y la profesión del Derecho, y ahora se estaba dando el gusto de recorrer de a poco, en momentos libres, su otra vocación, las cuestiones del espíritu, como gustaba llamarle.

Mientras caminaban hacia su oficina, el decano repasaba mentalmente: Quaranta empezó a dictar su clase de Problemática del Saber a las 17 horas, cerca de las 18 y 30 tuvo que intervenir seguridad ya que había una persona en el piso, con lesiones, también llamaron una ambulancia. Algunos relataban una pelea entre dos hombres, otros decían que una persona empezó a golpear el piso como si simulara una pelea contra alguien …

“Le damos primero la palabra a la señorita”, dijo el decano.

Romina contó:   “Me guío por lo que vi y lo que escuché directamente, desde un banco de la primera fila. Suelo llegar temprano y sigo las clases con mucha atención, por eso es fundamental para mí estar bien adelante. Manuel llegó puntual, lo cual sabemos es poco habitual. Entró solo, de eso estoy segura, segurísima.  Dictó su clase como siempre, desordenadamente, haciendo malos chistes, tomando al pie de la letra algunas respuestas o comentarios de alumnos, sacando todas las conclusiones e implicaciones de las afirmaciones del otro, para buscar contradicciones (es su deporte favorito), también recurrió a la ironía, a los dobles sentidos, y los cambios de vía, en el sentido freudiano, tomando siempre como punto de partida las palabras dichas por nosotros. Desarrolló muy sucintamente el tema de la verdad y el conocimiento, habló de Sócrates, Platón y Aristóteles, mencionó el término griego compuesto “kalo-kai-agathos”, pasó rápidamente por Santo Tomás, el surgimiento de la ciencia en el renacimiento, y más cercanamente habló de marxismo, existencialismo y posmodernismo. El tema de lo social y la ética estuvieron también presentes. Hablaba más pausado que de costumbre, estaba más disperso que lo habitual, parecía como si dialogara imaginariamente con alguien, hasta que pasó lo que algunos alumnos le comentaban en el aula.”

El decano dijo: “Gracias Romina, clarísimo tu testimonio. Sigo desconcertado, ya me vas a comentar cómo viste vos ese final. Doctor, ¿Usted qué dice?.”

Racciatti: “También me guío por lo que vi y lo que escuché.  Respeto lo que dice Romina, pero mi punto de vista es totalmente distinto.  Suelo sentarme en el fondo del aula, para mí estas clases y esta carrera son más un descanso y una satisfacción, no tanto la tensión de la responsabilidad y las obligaciones que vivo con mi profesión.  No presté mucha atención pero Quaranta llegó con alguien más, es la primera vez que veo a este otro hombre, estaba algo desprolijo, sucio, como decía un compañero, textualmente, parecía fumado…  El profesor empezó a hablar de la verdad y el conocimiento, y cada tanto había un contrapunto con este hombre, a quien de aquí en adelante llamaré M.  Sobre el profesor lo que puedo decir es que es un poco payaso e irresponsable.  Desubicado, también, un poco. Original, quiere serlo, pero lo busca por caminos equivocados. Creativo, es discutible. De todos modos, a mí me resulta simpático y divertido, siento aprecio por él.  Quaranta desarrolló su clase, tal como narró Romina.  Pero además M también participaba, lo primero que dijo fue: “Se predica con el ejemplo”. Esto fue a partir de que el profesor dijo que siempre es bueno decir la verdad. Se dijeron algunas cosas más que no entendí. Cuando Manuel definió gnoseología y epistemología, M le dijo que defina también las disciplinas que él cultivaba: fraseología y falseología. En algún momento hubo una referencia al utilitarismo, M le dijo vos sos la más cruda representación del utilitarismo. ¿Qué decís?, respondió Quaranta. Claro, lo que vos hiciste con la carta y la novela, dijo M, y agregó: publicaste una novela, y unos días después fabricaste ese asunto de la carta falsa de Kodama, lograste difusión por todos lados, apareciste como escritor, y en muchas noticias se nombró tu novela, lograste el objetivo, hacerte ver, como las vedetes que se promocionan mostrando el culo. Es muy falso eso que escribiste respecto de que no tenías ninguna intención comercial. Si querés hacer literatura, hacé literatura de verdad, y no andés haciendo publicidad en base a mentiras, inauténtico de mierda!.  Tomátela, dijo Quaranta, y se le fue encima, lo que ocurrió después es tal cual lo narraron los otros alumnos.”

El decano les pidió a cada uno que cuenten ese final:

Romina: “Quaranta se tiró al piso y empezó a darle puñetazos a los mosaicos. Primero pensé que era otra de sus intervenciones (¿artísticas?) pero los golpes eran reales y fuertes. Parecía pelear con alguien, al que insultaba, pero estaba solo. Empezaron los gritos de algunos alumnos. Vino seguridad. Al comprobar que tenía la mano derecha sangrando y la muñeca aparentemente fracturada, llamaron a una ambulancia. Luego vino Usted y cada alumno contó caóticamente lo que vio. Ahora, acá estamos, le agradezco que me haya seleccionado. Si tengo que resumir, digo simplemente: Manuel entró solo al aula, en ningún momento tuvo otra persona de pie a su lado, no había nadie cerca cuando se puso a pelear contra el aire, a gritar  y a golpear el piso.”

Racciatti: “Quaranta se le fue encima al otro tipo, se dieron un par de piñas, se cayeron al piso, por cierto Manuel pelea bastante mal. M llevaba las de ganar cuando su cuerpo empieza a hacerse invisible, y desaparece, pero no saliendo por la puerta, sino que deja de ser visible en el mismo lugar de la pelea. Quaranta que estaba debajo recibiendo más golpes, se incorpora y hace como que lo toma del cuello, pero ya no peleaba contra nadie, y empieza a tirar trompadas, que no impactan contra su rival, sino contra el piso, al tiempo que grita: ¡Miguel Tardewski te voy a matar, Miguel Tardewski te voy a matar !!!”


El decano dijo: “Si no fuera porque ambos me merecen la mayor de las confianzas, diría que se están burlando de mí. No sé qué pensar”.-

MT/mq.-