jueves, 5 de enero de 2017

Sobre el narcisismo de un muchacho. Comentario de la exposición de Manuel Quaranta.

Sobre el narcisismo de un muchacho. Comentario de la exposición de Manuel Quaranta.

El escritor, filósofo y artista Manuel Quaranta ha promocionado su primer exposición de arte. Concurrí a fines de noviembre de 2016 y me sirvió para conocer un bar maravilloso de Rosario. Como su nombre lo sugiere, es la búsqueda de la excelencia. Tomé mi cafecito en planta baja, y luego pregunté por la muestra. Me informaron que era en el primer piso. Di varias vueltas tratando de hallar las piezas de artes producidas por Manuel. Me desconcertó un poco encontrar solo dos trabajos, y por cierto, muy peculiares.
Uno es un escrito infantil, hecho por un niño de unos diez años, aunque lleva la firma de dos alumnos de primaria. Como tal debe ser tratado, un primer intento, candoroso diría Sabato, que nos despierta una sonrisa benevolente y nostálgica, a la vez que genera algo de vergüenza. Una lectura freudiana nos dice algo acerca del narcisismo, cuestión recurrente en Manuel.
Luego hay una imagen. Una foto de una cama, una mesa de luz con algunos libros. Y en el lugar donde uno esperaría ver un adulto, un niño, o un bebé, también un gato o un perro… lo que se ve es un envase de jugo!  El envase es de cartón, de una marca conocida, que elabora jugos con soja, y el nombre del producto es …. SOYYO.  Sí, todo junto, (ya que no hubo corte, hablo en términos psicoanalíticos), y en mayúsculas; ese YO grande que pretende tener.  Yo … narcisismo … etapa infanil.
Esta es toda la muestra. En la red social del autor, hay más fotos de la inauguración, más palabrerío, más comentarios, más concurrentes, que suman cantidades mucho mayores que el modesto dos que totalizan las piezas, que de ningún modo podemos decir “de arte”.
El escrito infantil, en tres renglones tiene tres ocurrencias del pronombre “yo”. Lo decisivo es que al autor de esas líneas, no lo pudieron parar. Otra vez la heroica (véase mi comentario sobre el 2001 y 2002, Q y K). El yo del héroe, que es capaz de hacer cualquier cosa, capaz de exponer cualquier verdura, faltó un zapallito, un trozo de papel higiénico y una prenda íntima. ¿Qué le hace creer a este rabanito que eso es arte, y que puede merecer una exposición?. Solo su marcado narcisismo, que lo hace exponerse de manera constante, siempre protagonista de ficciones en las que es reconocido, admirado, elogiado, considerado, distinguido, mencionado, seleccionado. Su yo (indudablemente partido en mil pedazos por dentro), tiene que aparecer íntegro ante la mirada del otro, tiene que aparecer mayúsculo, hermoso e inteligente como su sobrino (Manuel dice que Mirko, tan hermoso e inteligente, sale a él).
Primera muestra de arte.  No, me niego a decir de arte. Primera muestra a secas. Y para el olvido. Una vez más Quaranta olvida a Borges, que ha contado que su padre le dio un sabio consejo: “Escribir mucho, corregir mucho, tirar casi todo, y publicar de vez en cuando”.
Para mí el arte es otra cosa. Cierro con tres fotos. No hace falta que diga a cual le cabe la palabra ARTE.-




 MT/mq.-