miércoles, 3 de agosto de 2016

FANTASIAS SEXUALES II - AROMAS

FANTASIAS SEXUALES II - AROMAS

Viernes a la noche, reunión de amigos después de cenar, solo hombres. Empezamos con café, luego algo de alcohol. Retomamos la charla de hace algunas semanas. Uno, que había hablado poco, cuenta:
- Soy muy olfativo. Vivo solo, me gusta cocinar y estoy siempre atento a los aromas. También cuido el olor de los ambientes. Me gusta como huele el café, la madera, el incienso, las carteras y la ropa de cuero, y tantos más. Pero el olor por excelencia es el de las mujeres. Distingo varios, el del champú, el desodorante, el del jabón que le queda en la piel, el del perfume, el de la cosmética…  Me encanta en una primer salida, donde solo hablamos, ir descubriendo esos aromas. Muchas veces, en la calle o en lugares públicos, cuando le doy paso a una mujer, aprovecho y respiro las fragancias que va dejando. Ni hablar cuando hay encuentros más íntimos. Cierto sudor, moderado,  también deja rico olor en la piel.
- ¿Eso no suena medio asqueroso? - interrumpió el mono.
- No, para nada. Es muy sutil. Aclaro que las axilas, las orejas, los pies y la cola no tienen olores atractivos, pero un sudor en un brazo o la espalda es exquisito. Y por supuesto el olor por excelencia de la mujer es el de la concha.
- Tarde o temprano llegábamos a eso, seguro que te pasás oliendo bombachas.
- Para nada. El olor de la concha se disfruta a distancia. Cuando estoy recorriendo a besos el cuerpo de una mujer, y estoy por el vientre, se empieza a sentir ese olor a mujer caliente, es muy excitante. Si la estimulo con uno o dos dedos, me guardo ese olor para más adelante, en un par de horas o al día siguiente será exquisito. Y ni hablar del que me queda en el miembro luego de una relación sin preservativo, es un olor fuerte, mezclado, pero muy estimulante, no olviden que somos animales.  Durante más de un año salí con una chica que era muy piola, sincera, directa, muy decidida. Hablábamos de todo, nos reíamos y teníamos mucho sexo. Recuerdo que cuando se vestía, antes de ponerse la bombacha, la olía. Alguna vez que me hizo una pregunta “indiscreta”,  le dije ‘preguntáme lo que quieras, luego yo pregunto algo’.  Ella quiso saber sobre mi masturbación, le conté todo al respecto. 
- Eh!! Tanto tiempo tenían !!!  – dijo otro.  Estallaron las risas.
- Retomo: le pregunté porqué olía la bombacha antes de ponérsela, y si me dejaría olerla.  Me dijo que prefería que yo no huela su calzón, y que ella lo hacía solo por una cuestión higiénica. Le dije que en otro momento la iba a invitar a oler el aceite de dirección hidráulica de mi auto, que era un olor muy sexual y estimulante.  Cuando lo conoció, dijo que ese olor la calentaba, y le hacía acordar a algunos aromas sexuales, que yo no necesitaba oler su bombacha porque ya conocía ese olor.
- Ah  bueno!, dijo el mono. Pidamos otro café que creo que va a ser el único olor rico de esta noche ...


MT/mq.-



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