viernes, 28 de diciembre de 2018

IDIOTA DE RADIO


IDIOTA DE RADIO

Un compañero de trabajo escucha radio, AM. Está un poco sordo, pone la radio cada vez más fuerte. Prefiero escuchar música y que hablen poco, pero mi compañero dice que a él lo entretiene lo que dicen, con música sola se aburre.

Hace poco apareció un conductor reemplazante en un programa que arranca a las diez de la mañana. El tipejo es insoportable, me dio la idea de describir a un idiota de radio típico. El tipo empieza con una euforia irrefrenable, saluda a su equipo y critica a aquellos que vienen con un entusiasmo más moderado. 

“Eh! ¿Así va a saludar?. Parece deprimido, salude con más alegría. Si arranca así un viernes a las diez de la mañana, se imagina cómo va a volver el lunes”.

El tipo es verborrágico, mete palabras y más palabras, aunque no hagan falta. Opina de todo, si hay un tsunami habla del clima. Ante una devaluación es experto en economía, también periodista deportivo, astrólogo, curandero, escribano, urbanista. Cuando hablan los otros panelistas, el tipo habla encima, interrumpe, opina: “no te olvides de decir que …”

El forro este no tiene ética. Cuando le conviene tiene certezas, y no deja que sus compañeros duden. “Qué, Usted no sabe que en la construcción se negrea el cincuenta por ciento, pasa en todos los edificios, cómo no sabe”.  Cuando otro tiene certezas, él se permite dudar. “Bueno, dejemos ese tema a los especialistas, no saquemos conclusiones de manera imprudente”.

Si el programa va cayendo un poco, el tipo recurre a su alegría fingida, aplaude, pega unos gritos, pone onda. Pide al musicalizador un tema movido. “No, ese no, parece un velorio. A ver si me entiende, a despertar muchachos. Sí, ese sí, algo va aprendiendo nuestro asistente...”. Tararea y canta arriba del tema. La noticia es él y su buena onda, sus pronósticos, sus gustos.

En determinado momento el idiota de radio se hace tan insoportable que parece una corneta, se escucha un ruido permanente, molesto e indefinido. Con su voz gangosa, sus palabras torpes y sus ideas estúpidas, genera ganas de darle unos golpes. Es preferible la corneta del churrero.

Por suerte todo termina, y el programa va llegando a su fin, el idiota de radio pasa por todos sus panelistas, pidiendo la última noticia a cada uno. Celebra el programa hecho, el idiota de radio no es consciente de su propia torpeza e ignorancia. Se despide eufórico, como empezó, invitando a todos para mañana a las diez, a pasar juntos otro maravilloso par de horas.

En Rosario son varios los idiotas de radio. Gerardo Scarcello, de locutor sobrio en Frecuencia Plus a crítico ignorante y desbocado en Lt3. Flavia Padín, gangosa, autorreferencial y fundamentalmente burra. Claudio Ghiglione, basura humana, loro repetidor de frases presuntuosas, pero que todavía no aprendió que una cosa es el barniz y otra la cultura (Oscar Wilde). Sigue una larga lista. Alberto Lotuff, gran pavote que se cree cantante.

Para terminar, algo sobre el pseudo programa “Uno entre mil”, donde un par de adolescentes bastante burros hablan de sí mismos. Juan Manuel Almada es un boludo que desconoce aspectos básicos de la lengua (dice "si tendría", en lugar de "si tuviera"), y el peor de todos es su compañero Román Fiori, forro pelotudo e ignorante de aquellos. Imbécil inconsciente que recurre a golpes muy bajos. Hace poco un señor de apellido Sica hablaba muy correctamente de su viaje por Japón, y Román al pasar dijo riéndose “recibieron dos bombas atómicas”. Años atrás lo había escuchado hablar asquerosamente del fallecimiento de una persona. No entiendo cómo esa basura sin moral ocupa un lugar en una radio, con su vocecita insoportable y su desconocimiento irremontable. Tampoco sé qué hace con ellos mi compañero Claudio Socolsky, a ese sí lo banco, de Página 12. Ya que nos acercamos al tema del diario, quiero destacar tres idiotas de diarios: Sebastián Riestra, Jorge Salum y Eugenia Langone, todavía estoy esperando que aclaren una noticia sobre una carta.

Cordiales saludos.

Manuel Quaranta.
Miguel Tardewski.


domingo, 7 de enero de 2018

Marcelo Scalona, Juan José Saer, Manuel Quaranta

Marcelo Scalona, Juan José Saer, Manuel Quaranta.

En estas modestas líneas, el que suscribe, Manuel Quaranta, hace un breve comentario con humor, sobre el artículo de Marcelo Scalona, publicado en el Diario La Capital, el 24/12/2017.

Ese artículo pasó inadvertido, mereció un solo comentario de los lectores.

Como algunos sabrán, con Scalona hemos tenido algunas diferencias, asistí durante un tiempo a su taller literario, espero que se tome esto con humor, y de alguna manera como un homenaje a mi maestro.

El artículo de Scalona se puede leer en: 

https://www.lacapital.com.ar/cultura-y-libros/un-amor-saer-n1528244.html

Y también se reproduce más abajo.

Acá va lo mío...
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Con humor y respeto, maestro, petiso, sé que no nos hemos llevado del todo bien, pero valoro los pasos que he dado como escritor en tu taller. Hoy, a la distancia, puedo decir que te quiero.

Las cronologías y las espacialidades de tu escritito me desconciertan un poco.

Si arranqué el auto hacia Laprida, quiere decir que venía por San Lorenzo o por Santa Fe. A la altura del Monumento, implica que, ya en calle Laprida, estoy cruzando Santa Fe o Córdoba, más allá de Córdoba el Monumento me queda atrás. En Laprida y Rioja (no recuerdo el semáforo, no digo que no haya, tal vez sea “nuevo”), “los vi o los recordé”.

Si me detuvo el semáforo de Rioja y Laprida, y ellos “bajarían del 115 en Córdoba y Buenos Aires, y sin persignarse, enfilarían calle abajo buscando el río”, no entiendo cómo pasaron por Rioja y alguna calle en donde hay semáforo…

Si es cierto, como creo haber entendido, que estoy en Rioja y Laprida, para doblar hacia el río, y llegar a la Fluvial tengo que tener en cuenta ciertas situaciones. Desde Rioja y Laprida, para doblar hacia el río hay que llegar a San Luis. Esta calle no me permite llegar a La Fluvial, tengo que ir hasta Mendoza, Ayacucho, Avenida de la Libertad, rotonda, semáforo, cruzar Avenida Belgrano, y ahí sí llegar a la Fluvial. Ante tanta maniobra, los jóvenes, amantes, hermanos, amigos, compañeros, vecinos, ya se me perdieron. Encontrarlos sin duda es muy emocionante, tanto como reconocer que ella tiene un libro de Saer. Abrazo, enano, maestro !!!

Manuel Quaranta.



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Un amor de Saer, por Marcelo Scalona, para La Capital, 24/12/2017.

Seguí el procedimiento de Saer y antes de narrar me puse a leer poesía. Narrar con impulso poético. Y como doble contrición, poesía de Saer: "Aldo", "Danae" y los tres "Arte de narrar". Tras un instante de vacilación, como si fueran los pasos de una ceremonia, arranqué el auto hacia Laprida y a la altura del Monumento, me detuvo el semáforo en Rioja y entonces los vi o los recordé. Jovencísimos. Hasta no hace mucho yo podía imaginarme en cualquier situación de entusiasmo amoroso, pero ahora sentí que esa edad ya no estaba a mi alcance más que por recuerdos. Ellos, la parejita, tendrían 20, 21 años, jeans, zapatillas, mochilas, los dos con anteojos de leer. Ella anudaba en la cintura una lona playera mientras él tiraba una heladera portátil. Uniformes de playa: ¿lunes a la mañana al río? Aunque es diciembre, pensé, "no tengo paz, pero estoy contento". Así terminaba un verso de Saer.
Ellos pasaron por la senda peatonal delante de los autos y los malabaristas del semáforo. Cuando dio la luz verde doblé hacia el río para cerciorarme y me puse a seguirlos para inventarles el relato: una parejita de estudiantes, que un lunes de diciembre, soleado y fresco a media mañana, subieron a la lancha de la Fluvial y fueron a tomar mates a Vladimir. Felices, pero mansos: el pozo de la felicidad es beber despacio el instante. Bajarían del 115 en Córdoba y Buenos Aires, y sin persignarse, enfilarían calle abajo buscando el río, el puerto, la estación de lanchas tomados de la mano sin pegote ni besos urgentes. Habían dormido juntos, ahora no se mirarían entre sí, sino que cada uno pondría la vista en el camino del otro como si se guiaran en secreto. La fidelidad es ir al mismo lugar, pero no al mismo tiempo ni iguales o de la mano. Hay que desconfiar de la algarabía cuando se duerme con otro.
Era lunes, estaba fresco y las lanchas no saldrían hasta las diez o las once, hasta que no se reuniera un buen grupo de pasajeros. ¿Quién puede ir un lunes a la mañana a la isla? ¿Quiénes? Rufianes, suicidas, vagos, enamorados, todas excepciones del capitalismo.
Ellos pasaron por la senda peatonal delante de los autos y los malabaristas del semáforo. Cuando dio la luz verde doblé hacia el río para cerciorarme y me puse a inventarles el relato: tan calmos y dichosos que podrían ser hermanos. Hermanos o mejores amigos, pero yo quería saber y estacioné en la Fluvial hasta que los vi sacar el boleto de la lancha al Banquito. Nadie más esperaba y él se puso los auriculares del celular, pero antes de darle play al aparato, se inclinó hacia ella y le dio un beso casto, simple y breve en los labios. Ella hizo un mohín de risa y abrió un libro. ¿Qué vi...? ¿Yo estoy loco? Sí, yo estoy loco, era un libro de Saer, Glosa o Cicatrices, una palabra sola. Tomé un café en el hall de la Fluvial para verlos mientras escribía el relato que era como un dibujo: ¿sabrían ellos que este recuerdo luminoso sería falso un día en su memoria verdadera y en la mía? ¿Lo sabríamos...? ¿Recordaría yo la temperatura de sus labios una mañana de diciembre de 1983 rumbo a Victoria en la balsa? ¿Sabríamos todos que este lunes de diciembre sería el día más feliz de nuestra vida, aunque hubiera otros?
Marcelo Scalona.

miércoles, 12 de abril de 2017

Un nuevo posteo de Facebook de Manuel Quaranta.

Un nuevo posteo de Facebook de Manuel Quaranta.

Viernes de noviembre, mediodía, voy a buscar a Mirko, subo al colectivo, está bastante lleno. Una chica de secundario está hablando con el colectivero. Trato de pasar mi tarjeta, no la lee. El chofer dice "esperá un instante e intentá de nuevo". Obedezco, y nada. La chica me dice: "Señor, ¿quiere que le marque el boleto?". Trato de sonreír por su gentileza, pero el "Señor" me borra un poco la sonrisa. En ese momento agrega: "¿Usted no es el autor de La Muerte de Manuel Quaranta?. Es mi libro favorito". Ahora sí puedo sonreír. Ella dice: "Ah! y no me debe nada, yo estoy en deuda con Usted". Solo puedo decirle "Muchas gracias". Pero la chica ya está en otra cosa. Tiene una pollerita corta, y con gran habilidad se saca la bombacha, una tanga minúscula. El colectivero dice "dále, vamos ahora, en la bocacalle". Ella contesta: "Sí, hoy es mi última clase de secundario, es ahora o nunca. Desde la semana que viene empiezo como masajista ejecutiva". El conductor se baja, la alumna también, deja su mochila arriba. Ella se pone en cuatro, levanta su pollera, el chofer la penetra y empieza el movimiento de mete y saca. Esquina de Córdoba y Balcarce, noviembre de 2016, doce y media del mediodía, mucho tránsito, semáforos, embotellamiento, empiezan los bocinazos. Con una señora de casi setenta años nos miramos, espero que diga algo, pero parece decirlo solo con el gesto, yo comento: "Esta juventud de ahora ...". Manuel Quaranta.-

jueves, 5 de enero de 2017

Sobre el narcisismo de un muchacho. Comentario de la exposición de Manuel Quaranta.

Sobre el narcisismo de un muchacho. Comentario de la exposición de Manuel Quaranta.

El escritor, filósofo y artista Manuel Quaranta ha promocionado su primer exposición de arte. Concurrí a fines de noviembre de 2016 y me sirvió para conocer un bar maravilloso de Rosario. Como su nombre lo sugiere, es la búsqueda de la excelencia. Tomé mi cafecito en planta baja, y luego pregunté por la muestra. Me informaron que era en el primer piso. Di varias vueltas tratando de hallar las piezas de artes producidas por Manuel. Me desconcertó un poco encontrar solo dos trabajos, y por cierto, muy peculiares.
Uno es un escrito infantil, hecho por un niño de unos diez años, aunque lleva la firma de dos alumnos de primaria. Como tal debe ser tratado, un primer intento, candoroso diría Sabato, que nos despierta una sonrisa benevolente y nostálgica, a la vez que genera algo de vergüenza. Una lectura freudiana nos dice algo acerca del narcisismo, cuestión recurrente en Manuel.
Luego hay una imagen. Una foto de una cama, una mesa de luz con algunos libros. Y en el lugar donde uno esperaría ver un adulto, un niño, o un bebé, también un gato o un perro… lo que se ve es un envase de jugo!  El envase es de cartón, de una marca conocida, que elabora jugos con soja, y el nombre del producto es …. SOYYO.  Sí, todo junto, (ya que no hubo corte, hablo en términos psicoanalíticos), y en mayúsculas; ese YO grande que pretende tener.  Yo … narcisismo … etapa infanil.
Esta es toda la muestra. En la red social del autor, hay más fotos de la inauguración, más palabrerío, más comentarios, más concurrentes, que suman cantidades mucho mayores que el modesto dos que totalizan las piezas, que de ningún modo podemos decir “de arte”.
El escrito infantil, en tres renglones tiene tres ocurrencias del pronombre “yo”. Lo decisivo es que al autor de esas líneas, no lo pudieron parar. Otra vez la heroica (véase mi comentario sobre el 2001 y 2002, Q y K). El yo del héroe, que es capaz de hacer cualquier cosa, capaz de exponer cualquier verdura, faltó un zapallito, un trozo de papel higiénico y una prenda íntima. ¿Qué le hace creer a este rabanito que eso es arte, y que puede merecer una exposición?. Solo su marcado narcisismo, que lo hace exponerse de manera constante, siempre protagonista de ficciones en las que es reconocido, admirado, elogiado, considerado, distinguido, mencionado, seleccionado. Su yo (indudablemente partido en mil pedazos por dentro), tiene que aparecer íntegro ante la mirada del otro, tiene que aparecer mayúsculo, hermoso e inteligente como su sobrino (Manuel dice que Mirko, tan hermoso e inteligente, sale a él).
Primera muestra de arte.  No, me niego a decir de arte. Primera muestra a secas. Y para el olvido. Una vez más Quaranta olvida a Borges, que ha contado que su padre le dio un sabio consejo: “Escribir mucho, corregir mucho, tirar casi todo, y publicar de vez en cuando”.
Para mí el arte es otra cosa. Cierro con tres fotos. No hace falta que diga a cual le cabe la palabra ARTE.-




 MT/mq.-



miércoles, 28 de diciembre de 2016

Comentario sobre una contratapa de Clarisa Appendino.


Comentario sobre una contratapa de Clarisa Appendino.

Este escrito reflexiona sobre algunos aspectos del texto de Clarisa Appendino, "Un posteo entre el énfasis y el pudor", publicado en Rosario 12, el día 12 de septiembre de 2015. Ese texto puede leerse en:
He comentado con dos personas respecto de mi idea de escribir algo sobre esto. Estas dos personas están nombradas en un escrito del blog de Miguel Tardewski, titulado "Los otros Quaranta".  Uno es el Dr. Quaranta, el médico que estuvo en el exterior, tras hacer una especialidad en cirugía de oído. Otro es arquitecto, Pedro, y es el esposo de la abogada Verónica Quaranta. Uno de ellos resumió la situación:
- "Flaco, no sé para qué perdés el tiempo con pavadas. En mi barrio las cosas son simples y directas. Primero un tipo miente con una carta, y ahora manda a la novia a  explicar la jugada. Es difícil encontrar una estupidez más grande que esta. No hay mucho para reflexionar al respecto. Son dos imbéciles."
Pensé que tal vez los imbéciles seamos tres. Más allá de esas verdades barriales, se trata de textos, y como tales los trato, el primer paso es leer y releer, luego interrogar, pensar, relacionar, escribir, releer y seguir releyendo, hacer decir al texto lo que sus palabras implican, corregir lo que uno escribió, y publicarlo si vale la pena.
En todo escrito que redacto mi objetivo principal es que me entiendan y brindar la mayor información posible, por ello sugiero que antes de continuar el lector recorra el link mencionado más arriba, y dos textos más:
1) El posteo de Manuel Quaranta en Facebook, con fecha 11 de julio de 2015, donde informa que ha recibido una carta documento y publica la imagen de la carta. El abogado de María Kodama lo intima a que deje de utilizar el nombre y el estilo de Borges en sus posteos. Véase en detalle el apéndice uno.
2) La noticia del Diario La Capital, en la que Eugenia Langone comenta lo ocurrido con la carta de intimación a un escritor rosarino.
Vamos por partes.
"Ahora manda a la novia a explicar la jugada".  A mí me surge la duda respecto de quién habla y escribe acá. Sí, es cierto que firma Clarisa, pero ¿el que escribió fue Manuel Quaranta?. Queda la pregunta. Por lo menos, una parte del texto es suya, esto es bastante probable.
El texto separa al comienzo elementos, interrogantes, contexto y repercusión.
Los elementos son un posteo, una imagen de una carta documento, y los fenómenos de la red social Facebook, "me gusta", comentarios y la acción de compartir. Aquí se usa el término logaritmo, por supuesto que el uso es metafórico. ¿Si les pregunto a Clarisa y Manuel qué significa logaritmo, me contestarán algo parecido a lo que  indico en el apéndice dos?.
A los interrogantes qué plantea Clarisa, se suman otros. En la carta hay un DNI. ¿De quién es?. El sitio de internet "Buscar datos" informa que el DNI 11.274.095  es de una señora llamada Dora, con domicilio en La Pampa.
¿Y el abogado Fernando Soto?. Su web informa que el Estudio tiene domicilio en calle Corrientes 1675, no en calle Anchorena. ¿Por qué la calle Anchorena?.  El apellido está ligado a personas de alcurnia y de la oligarquía... Manuel siempre tiene algo para decir sobre oligarcas y excluidos.
Entonces los elementos del punto uno se enriquecen con estos nuevos: una carta que parece ficticia. El DNI y el domicilio no coinciden.  ¿Y si miramos un pocos más?. En la imagen de la carta, en el ángulo superior derecho se lee "adhiera aquí la oblea".  ¿Cómo pudo una carta circular por el correo sin la oblea?. ¿Y el sello del correo?. ¿Y la fecha de la carta?.
En resumen: el elemento principal es una carta falsa.
¿Y la firma de la carta?.  Estoy a la espera de que Clarisa y Manuel cuenten algo sobre la firma.  ¿Quién la hizo?.
Vamos al contexto. Clarisa explica algo sobre la custodia que Kodama hace sobre los textos de Borges. Y luego hace una digresión muy típica de Manuel y su obsesión por poner todo en relación con lo económico. Parece que ellos leyeron en la facultad dos resúmenes de Marx, y quieren mirar todo con ese cristal:  "el valor económico es lo único que los medios de comunicación custodian". Me pregunto si hay personas (escritores, periodistas) que trabajan en medios de comunicación, y se interesan principalmente por custodiar el valor de la verdad.  ¿Cuál sería la razón para responder que no?. Yo prefiero pensar que sí los hay, y que hay muchos.  Este pasaje del texto de Clarisa tiene algunas falencias, y no hay nada mejor que aplicarles un principio, todo lo cual detallo en el apéndice tres.
La repercusión. El cálculo de Clari puede ser enriquecido con los aportes de una ciencia, la Estadística, pero por ahora ella y él parecen desconocerla. No hacen referencia a la aparición de un nuevo perfil de Facebook, Miguel Tardewski. Esta fue la repercusión más importante.  También el triste hecho de que muchos medios digitales reprodujeron la noticia solo cambiando algunas palabras, pero sin advertir lo que Tardewski vio: que la carta era falsa.  Esto pone de manifiesto que es muy necesaria una profunda reflexión acerca de cómo se producen noticias.
Appendino pasa a considerar la conclusión, quedan cuatro párrafos de este texto que me gustaría entender. Algunas frases oscuras, con pretensión de originalidad, inspiradas en Lacan, Barthes, o Derrida …  (“La mirada es siempre una interpretación situada. Nada está por fuera del espacio de lectura que inscribe un contexto.”)  Frases que me gusta leer y releer, me pregunto ante un verbo si lo que sigue es sujeto o es objeto directo….    Hay verbos mal usados, palabras muy mal elegidas, conceptos equivocados
Clarisa vuelve al contexto, y cita el caso de Katchadjian. “El contexto es el que definitivamente creó, promovió y elucubró la acción: la Carta Documento no existe, la noticia es falsa, el posteo es cierto, todo bajo un tono interrogativo“.  
Este es el punto de mayor concentración de delirio de este penoso escrito.  Los únicos sujetos posibles para las acciones de crear, promover y elucubrar son las personas, no los contextos.  En este caso el sujeto de la acción fue Manuel Quaranta. 
“La noticia es falsa”.  Al fin alguien que le da la razón a Tardewski, pero por poco tiempo, ya que “el posteo es cierto, toda bajo un tono interrogativo”. Si la verdad tiene un modo, ese modo es el indicativo, y también algo del modo potencial.  Clari sigue delirando ….  ¿Cómo sabe lo que les pasa a los espectadores?.  Aparece la complicidad, no deliberada de los usuarios de Facebook. Y la falta de complicidad de los periodistas. Estos han sido víctimas de su propia torpeza, falta de formación y escasa profesionalidad.
Cito a Appendino: “ Pero lo más relevante es que, otra vez, la fotografía de una carta de intimación ocupa el lugar de documento, como aquel vestigio que daría la pauta absoluta de su verdad: es la confianza ciega que imprime una creencia, el esto ha sido de la fotografía (de la imagen).”   Depende de los sujetos en cuestión.  Para personas poco perceptivas como Eugenia (autora de la nota del Diario La Capital) esto puede ser cierto, en el caso de personas inteligentes esto no ocurre.
Llegamos al último párrafo de este bodrio.  “En esta acción Quaranta encarna, paradójicamente o no, una de los procedimientos más relevantes de la literatura de Borges dentro de las figuras parasitarias
Quiero situar claramente un concepto. Quaranta no tiene nada que ver con la obra maestra de Borges. Primero porque lo empezó a leer en el año 2006, siendo que nació en 1979, lo ignoró durante 27 años.  En nueve años de supuesta lectura, termina incurriendo en un episodio penoso: inventar que su viuda, Kodama, le envía una carta documento, de paso involucrando el prestigio de un abogado, al que invoca falsamente, y cuya firma falsifica. También ha pretendido narrar un episodio robando el argumento del cuento El Sur. Borges alguna vez citó el consejo que le dio su padre: “Escribir mucho, corregir mucho, tirar casi todo y publicar de vez en cuando”.  Quaranta hace todo lo contario.   Viene a mi memoria cuando en 1982 Borges hizo un comentario irónico sobre Galtieri (el general que invadió Malvinas, y en el balcón de Casa Rosada pretendió parecerse a … Perón). Y aquí Quaranta, según Appendino pretende parecer lo que no es:  “Esta figura es evidente por querer construir un suceso como el de Katchadjian…”
Borges nos mostró quién era Galtieri cuando quiso parecerse a Perón… Quaranta quiere parecerse a Katchadjian ….
Es muy común en el muro de Facebook de Quaranta, aparecer como lo que no es (premiado, reconocido, elogiado, inteligente, hermoso).
“Evidentemente estos son los aspectos que dejan entrever la ficción del posteo y la falsedad de la intimación como el punto enfático de la acción.”
Me quedé pensando en el énfasis del título. En un discurso hablado el énfasis se advierte por gestos, entonaciones y otros aspectos paraverbales. Un caso ejemplar es el discurso de Raúl Alfonsín en la Sociedad Rural, en 1988 (https://www.youtube.com/watch?v=0FWWsPtga08 ).  ¿Y en un escrito?.  El énfasis lo darían la reiteración y la adjetivación (pensemos en Sabato, por ejemplo en Informe sobre Ciegos; también en los cuentos de Correa Fiz). En el extraño caso que nos ocupa, la imagen de la carta aporta algo.
Lo que sigue hasta al final, pretende atribuir algún valor artístico o literario a la chiquilinada de Quaranta, con expresiones retóricas, confusas y contradictorias  sobre el pudor, el énfasis, el disfraz que ni Quaranta ni Appendino entienden.
A mí todo esto me deja preguntas.  
Con las palabras de la autora, ¿por qué Quaranta publica tal suceso en su perfil, qué lo mueve a hacerlo?    
¿a quien se lo ocurrió primero falsificar una carta, a Manuel o a Clarisa?
¿qué pensó el otro cuando el primero le dijo, hagamos esto ….? 
Recuerdo la genialidad que había en ciertas parejas, como Cortázar y Bernárdez. En esta parejita, en cambio, vemos algo parecido a una asociación ilícita, o un delirio a dúo.
¿A ninguno de los dos le dio pudor o vergüenza,  ninguno dijo “no hagamos esto”?
Toda esta “opereta” (palabra que destesto, sobre todo en boca de pelotudos k que ven una operación de prensa en muchos lugares donde solo hay corrupción k) llevó su tiempo. En julio se publica el triste posteo, y dos meses después este delirio de pareja.
Texto pobre, poco claro, confuso, destinado solo a la comunidad endogámica de Quaranta y compañía (veáse en este blog, el homenaje a Ionesco, y la comunidad de Quaranta).  Esta comunidad en donde solo ellos se entienden, se elogian, se eligen, se premian, se seleccionan, se nombran, se masturban….
Para un lector que no los conoce, esta breve contratapa no se entiende nada. Me resuenan las palabras de Pedro, el arquitecto, “son dos imbéciles” (yo sé que somos tres…)


APENDICE UNO. El posteo de Manuel Quaranta en Facebook, inventando la carta.
“Suena el timbre, dicen ‘correo’, yo esperaba un libro que me habían enviado de Buenos Aires y me encuentro con una carta documento. Creo que si esta caza de brujas sigue va a terminar todo mal.”
En la imagen de la carta podía leerse:
“Me dirijo a Usted en calidad de representante legal de la Sra. María Kodama a fin de intimarlo para que cese de utilizar el nombre, la imagen y el estilo de Jorge Luis Borges en sus posteos de Facebook.
De no cumplir con lo requerido será demandado judicialmente en los términos de la Ley 11.723 de propiedad intelectual y tratados internacionales, leyes y decretos concordantes.
Atentamente.
Dr. Fernando Soto”.  
Domicilio: Anchorena 1660. Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
 (fin carta)
Quaranta recibió en esos días el apoyo incondicional de muchos de sus seguidores.     A quienes dudaban de la veracidad, Quaranta respondía: “es en serio”, “posta posta”,
“Ojalá fuera broma”,  “voy a hablar con mi abogado para ver los pasos a seguir, después les cuento”,  “en serio, esto no es para joda”.
Tres días más tarde, escribió:
“Me gustaría frenar la bola de nieve que se armó con la carta documento: 1º mi abogado habló con el abogado de Kodama y no exigen dinero ni retractación, simplemente quieren que deje de utilizar (según ellos) en exceso (no totalmente) la figura de Jorge Luis Borges, con el argumento de que yo en ocasiones he desfigurado sus palabras o versos. 2º me pide disculpas si me generaron algún malestar pero aclaró que no pueden permitir que el nombre de Borges se manche. 3º yo les mandé decir que me parecía una locura estar controlando cada publicación en papel y de Facebook y que la intervención de Katchadjian bajo ninguna circunstancia era delito, ante esto el abogado de Kodama dijo que no era asunto mío. 4º el incidente está subsanado. Gracias a todos.”

APENDICE DOS.
Definición de Logaritmo.
"Es el número al que hay que elevar la base para obtener el número dado".
Paso a explicar.
Dos elevado al cubo, es ocho. 23 =  8.
Dados esos tres elementos, si conocemos dos y el otro es la incógnita, podemos calcularlo con una operación.
Si falta el ocho, la operación es la potencia.  Dos al cubo. La solución es ocho.
Si falta el dos, la operación es la raíz cúbica. Raíz cúbica de 8 es igual a dos.
Si falta el tres, es decir el exponente, la operación para obtenerlo es el logaritmo. Tenemos dos (la base) elevado a cierto n (el logaritmo), que da igual a ocho (el número dado). El resultado es tres. Tres es el logaritmo de ocho en base dos. Porque dos elevado a la tres es igual a ocho.
Logaritmo, raíz y potencia son tres operaciones relacionadas. 

APENDICE TRES. LA TIA CAROLA.
Explico el porqué de este apéndice. Me gusta el principio que los psicoanalistas enuncian así:
"Aplicar a un discurso, las mismas reglas que ese discurso pregona, defiende o pone en práctica".
Ejemplos, si vos todos los días decís que hay que vestirse con ropa limpia, el día que vengas sucio no te lo vamos a dejar pasar. Si decís que no hay que tocar bocina,  el día que lo hagas serás señalado. Estos son simples casos cotidianos, interesan mucho más los casos discursivos y políticos.
Manuel Quaranta escribió "Familia hay una sola", en Rosario 12, publicado el 4 de junio de 2012. El link es:
La persona en cuestión es su tía Carola, y uno mencionado al final, es su tío político Guillermo. Manuel es implacable con el error que supone que la tía diga que el 80 por ciento son negras de mierda:  "Lo que me pregunto ahora es de dónde obtiene ese porcentaje, quiero decir, cuál es la muestra completa: ¿todas las mujeres que se dedican al servicio doméstico?"
Ahora bien, Clarisa escribe:  “En una digresión vale aclarar que muchos de estos sucesos se conocen por el particular compromiso que tienen los medios masivos en la difusión de noticias sobre arte, literatura, etc. Es noticia alguna de estas disciplinas sólo si hay en juego algo de orden económico: la firma de un contrario millonario, las enormes ventas de un autor, una denuncia judicial por plagio o la apertura de una feria. Es decir, la "cultura" se difunde sólo cuando el factor económico se posa sobre la literatura o el arte, esto sucede porque, justamente, el valor económico es lo único que los medios de comunicación custodian.” 
Inspirados en Manuel, cuál es la muestra y cuál la población. Cuántos  medios y cuántas noticias analizó. De qué ciudades, de qué épocas.  El enunciado  “Es noticia alguna de estas disciplinas sólo si hay en juego algo de orden económico”, a pesar de su sintaxis con algún singular tiene carácter general.   Muy flojos aquí los autores Clarisa y Manuel.
Este escrito de Manuel, sobre la familia, inspiró a Tardewski a publicar "Los otros Quaranta", esos que están repletos de propiedades... Propiedades que Manuel también quisiera tener, porque él en definitiva no es más que un burgués de mierda enredado en la mentira!.


martes, 13 de diciembre de 2016

2001, Q, 2002, K


".... Muchas veces el mundo se encarga de ponerte en tu lugar."  (MQ, en su face, noviembre 2016).

" ... A pesar de su discurso zurdito, Manuel Quaranta lo que hace es hablar por izquierda y vivir por derecha. Es un fiel representante del modo de vida neoliberal, que tanto critica. No produce, pero se prende y cobra, viaja mucho  - Canadá, Europa, ahora México -  (Lucas Quaranta, diciembre 2016).


2001, Q, 2002, K.


En la obra (¿obra, o mero amontonamiento de palabras?), ni literaria ni filosófica, precaria, pobre de sentido, desarticulada, infantil, carente de ética, marcadamente autorreferencial, de Manuel Quaranta, es muy frecuente la alusión al difícil período 2001 – 2002.
Paso a opinar … o a destruir.
1) RELATO HEROICO: Ha sido muy común en la ex presidente, el intento de  dotar a muchas cuestiones con un costado heroico. Quaranta, aún encandilado por la ex, pretende aparecer como un héroe, que dejó la carrera de ingeniería de sistemas, para inscribirse en filosofía. Insisto una vez más. Quiero ver el legajo de Quaranta en la carrera de informática. Año de ingreso, materias cursadas, exámenes rendidos, materias aprobadas, aplazos, promedios, cantidad de materias aprobadas por año …  Con la oscuridad y la manipulación de datos es fácil presentarse como héroe, ha sido el deporte nacional y preferido por muchos imbéciles en doce años y medio de malsano kirchnerismo.
Hoy este sujeto no es ni ingeniero ni filósofo ni escritor. Solo escribe balbuceos que aplauden sus amigos y mediocres editores, y ha publicado, en forma de libro,  un diario personal con anécdotas adolescentes, que pocos han podido leer completo (“no hace falta leer el libro completo, solo basta con captar la operación”, Beatriz V. dixit).
En resumen: nada tiene de heroico cambiarse de carrera, solo está relacionado con un intento de hallar la verdadera vocación o corregir una decisión, con la debilidad o la falta de disciplina para afrontar el camino elegido, o, como ha dicho el mismísimo sujeto en cuestión, “nací sin la lógica necesaria para entender la programación”.  Pero el heroísmo por ahora no se ve.  Y menos si se trata de ir a Humanidades.
2) EL RESURGIMIENTO DEL PAÍS. Quaranta suele presentar juntos este fenómeno nacional con su cambio a filosofía, y de paso aprovecha para hacer propaganda política a favor del kakismo.
Paso a opinar, y a destruir.
El 2001 fue precedido por diez años y medio de peronismo. De Gobierno nacional, y en muchas provincias, de representantes del Partido Justicialista. El presidente era Menem, peronista, junto a él estaban muchos de los que luego estuvieron con los Kirchner.
De los múltiples sucesos y aspectos de aquella presidencia quiero destacar algunos.
Los indultos a militares golpistas y asesinos, firmados entre 1989 y 1990 constituyeron una de las canalladas más grandes de la historia democrática. No obstante, en 1995, Néstor y Cristina, no tuvieron inconvenientes en formar lista sábana con Menem para las elecciones de ese año. Néstor iba en busca de su segunda  gobernación provincial, y en un acto político obsecuente calificó a Menem como el mejor presidente de la historia argentina, luego de Perón… Claro, corrían otros tiempos, los tiempos de la conveniencia, no de los principios, ellos necesitaban colgarse de Menem, y aún no eran los paladines de la defensa de los derechos humanos, sino que estaban amasando una fortuna obscena, esa misma de la que muchos se olvidan cuando critican a la oligarquía y a los que más tienen. Imagino que otra persona con principios, un verdadero defensor de los derechos humanos, desde el inicio de los tiempos difíciles, seguramente le retiraría a Menem el saludo por la canallada de los indultos, y tampoco compartiría palco proselitista, listas sábanas y menos aún brindaría lisonjas hipócritas y por conveniencia. Néstor y Cristina no tenían principios. Insisto en que me cuesta encontrar el factor heroísmo.
También en tiempos del menemismo peronista y justicialista (con el que ya trabajaban futuros miembros conspicuos del kirchnerismo, entre ellos, los dos mayordomos, Aníbal Fernández y Parrilli), Cavallo, ministro elogiado por Néstor y Cristina en los años 90, instrumentó el plan de convertibilidad. Sí, ese mismo plan que luego fue defenestrado hasta al cansancio, junto al nefasto neo liberalismo de los noventa, por tanto zapallo obsecuente. ¡Qué falta de memoria en esos pibes, olvidan que los que aplicaron el plan neoliberal en los noventa  fueron Menem y Cavallo, seguidos, elogiados y aplaudidos por Néstor y Cristina, y por tanto panqueque que luego siguió con Duhalde, y después con los K!
Hay que enfatizar que los dos años de De La Rúa fueron pésimos, no supo eludir los callejones sin salida de la convertibilidad y fue el primer responsable de la devastadora crisis del 2001.
Luego, el trabajo sucio lo hizo Duahlde. La economía empezó a recuperarse: la soja aumentó su precio, los que se dedicaban a la agricultura comenzaron a invertir en la construcción y de a poco la economía tomó impulso, la capacidad ociosa se fue ocupando.
En ese contexto asumió Néstor Kirchner como presidente en mayo de 2003. Con la capacidad ociosa en recuperación, con soja y construcción en auge, así el crecimiento medido en meros porcentajes es más fácil y alentador. El desafío es hacer crecer la economía y la capacidad productiva cuando estás muy arriba o muy abajo, pero en un país con algunas riquezas (es cierto que también junto a múltiples déficits), con la economía en recuperación, la cosa era más fácil: ese fue el comienzo de Néstor.
3) CONCLUSIONES.
Para terminar de destruir.
Quiero destacar los que sí tuvieron algo de heroico. Los laburantes de siempre, los que atravesaron la crisis con muy poco, los que tuvieron que trabajar más horas, los que se tuvieron que amontonar en una sola casa, los que vendieron lo que ahorraron durante toda su vida, los que perdieron mucho o todo. Los tipos de oficios duros, los herreros, los carpinteros, los carteros, los obreros metalúrgicos,  los que caminaron, los que corrieron, los que lucharon, los que perdieron.
En cambio, nuestro muchacho trabajaba poco y nada, no la pasó fea en la crisis, jamás tuvo un oficio ni hizo nada productivo por otros, no aportó nada al producto total de la economía. Al contrario, siguió prendido y mamando gratis de esa gran teta alimentada por el trabajo y el sufrimiento de otros. Y luego siguió parasitando en formas más elaboradas: nombramientos, cargos, becas (heroico hubiese parecido si el viaje que te pagaron a Holanda para hablar pavadas, se lo donabas a un laburante de verdad, sorete!). En un contrapunto con otras personas en su red social favorita, pretendió sostener que su trabajo era enseñarle a los otros a pensar.  Sin duda que la mejor enseñanza que dejó a sus seguidores, como forma superior del pensamiento, es el invento de la carta de María Kodama y dos meses más tarde mandar a su novia a firmar un articulito en un diario, explicando su “operación Kodama” (de estos temas me ocupo en mi blog, en un texto por separado, publicado en diciembre de 2016). 
Tal vez para él fue un resurgimiento personal, encontrar la filosofía, fue lo que quizás necesitaba, pero no hay nada heroico en ello. Él lo relaciona con el resurgimiento del país y quiere darle ese matiz heroico que no existe, ya que el mérito de los Kirchner es muy discutible y da lugar a interminables debates históricos (el controvertido uso que se hizo del inmenso superávit; el crecimiento elefantiásico del Estado; el desmanejo de las obras públicas de infraestructura; el saqueo de las cajas estatales; los inaceptables casos de corrupción, todavía negada o justificada por idiotas dogmáticos; el nombramiento de tantos amigos, militantes y parientes en puestos públicos, como por ejemplo la familia D’Ellia; las propagandas bien derechosas realizadas desde los medios estatales de comunicación, con disfraz progresista; las palabras desbocadas e insultantes, nunca moderadas por ninguno de ellos, de la Señora Hebe de Bonafini; la presencia de sujetos nefastos como Jaime, Moreno, D’Ellia, Boudou, Milani y tantos otros; la forma en que muchos basureraron a Scioli hasta el momento en que quedó como único candidato; el silencio vergonzoso de todos ante la falta de verdaderas elecciones primarias abiertas para presidente en el FPV; la cobardía de Randazzo que no supo decir “yo me postulo igual”; la risa detestable de Eduardo Jozami, ante el chiste de Randazzo, acerca de que el proyecto con Scioli se quedaba “manco”; la puteada de Bonafini a Scioli; el insulto de Larroque a Laura Alonso junto al silencio hipócrita de los adalides de la lucha contra la violencia de género;  y tantos aspectos más).
No veo nada heroico. Lo que sí veo claramente es un triste sujeto que padece precariedad conceptual, inoperancia deductiva,  mediocridad filosófica, torpeza literaria, ignorancia sintáctica, pobreza moral, canallez laboral, narcisismo irresuelto, idiotez congénita, estupidez política agravada,  e imbecilidad crónica, no obstante lo cual recibe el elogio de sus amigos y contactos, esos incondicionales de su comunidad endogámica.  ¿Qué se podía esperar del hijo de un loco y de una analfabeta, alimentado con Tinelli, Homero Simpson, Neustadt, Ñubel, y Mirtha Legrand, y sin una biblioteca con la cual formarse?.  A mí en cambio todavía me retumban las palabras de Bonafini (esas palabras deben ser correctas, ya que ni Manuel ni Cristina ni los intelectuales de Carta Abierta las han cuestionado), “es un hijo de puta”. 

MT/mq.-